
Nada me emocionó tanto, en el GP de Japón, como el tercer puesto de Valentino, en dura porfía con su compañero de filas, Jorge Lorenzo. Y aunque las Yamaha no estuvieron a la altura de la ganadora Ducati de Stoner, ni de la Honda de Dovizioso, los pilotos oficiales de la casa de Iwata se robaron el Show. Gran espectáculo que sufrió la ausencia de Dani Pedrosa, accidentado el sábado con fractura múltiple de clavícula.
Dovizioso demostró, tanto el sábado con la pole como el domingo con su segundo puesto, que Honda está en el mejor momento de la temporada, pero Stoner dio un gran paso en Aragón que repitió en tierras niponas, sendas victorias que dan fe del poder de las rojas de Bolonia, la futura montura de Rossi.
Pero volviendo al carrerón de Rossi, tengo que decir que más de una vez apreté los dientes de pensar que uno o los dos pilotos de Yamaha terminarían en el suelo. Esto es lo bello de este deporte, el mano a mano. Aunque Lorenzo demostró su fuerza, desde que se apagó el semáforo rojo, Rossi puso de manifiesto su clase y demostró que todavía hay Rossi para rato, aunque muchos ya lo veían liquidado.
Valentino, que salió desde la segunda posición de la parrilla, fue superado por Lorenzo en los primeros compases de la carrera, en un momento donde Stoner se escapaba y Dovizioso seguía su estela. La punta de carrera fue perdiendo interés a medida que Rossi comenzó los intentos de adelantamiento al mallorquín. Entonces, en la sexta vuelta –a diecinueve del final- Il Dottore le pasó factura a un Giorgio que nunca tiró la toalla.
Fue un cuerpo a cuerpo de película, pero en ese departamento no hay quien supere a Rossi, aunque haya que quitarse el sombrero ante el derroche de coraje de Lorenzo. No es bueno para la categoría la ausencia de Pedrosa ni la kilométrica ventaja del mallorquín., pero carreras como estas son las que quedan para la historia.
En otro orden de cosas, hay que seguir aplaudiendo el despertar de las celestes de Suzuki, que de no ser por el error de Capirossi, en los últimos compases de la carrera, habrían terminado séptimo y octavo, pero Bautista salvó la honrilla del equipo Rizla pasando la raya de sentencia en séptima posición, por detrás de Colin Edwards y Simoncelli –quinto y sexto- y por delante de Spies, De Puniet y Aoyama, quienes completaron el top ten.
Ya en la tabla de posiciones está casi todo definido, pero ver carreras como la de Japón ponen todos esos números en segundo plano. Esperamos más en Malasia, que así sea.
Clasificación 2010