¿QUÉ COMBUSTIBLE USAREMOS? (II PARTE)

Creado: Mié, 15/02/2023 - 22:01
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Por Alfonso Cueto Álvarez
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Por más de un siglo, el binomio Gasolina-Diesel ha sido la fuerza propulsora indiscutible del transporte terrestre. En estos momentos y por diversas causas que han coincidido en el tiempo, el binomio resulta cuestionado hoy con enorme fuerza.

 

Aunque a comienzos de la era automotriz las baterías eléctricas competían por la hegemonía frente a los combustibles líquidos y el vapor como medio propulsor, a partir de la década del 20 dejaron de tener importancia práctica entre las fuerzas propulsoras de vehículos. Su empleo se limitó a equipos industriales como montacargas y otros que debían operar en espacios donde los gases de la combustión podían resultar peligrosos para el entorno y los operadores.

Bateria

Estas baterías eran casi en su totalidad de Ácido-Plomo, principio similar a las empleadas en el sistema eléctrico de la casi totalidad de los automóviles de combustión actuales. Es a partir de 1985 que Akira Yashino ensambló un prototipo de batería usando material carbonoso en el que se podían insertar los iones de litio como electrodo e igualmente óxido de litio cobalto (LiCoO2), también estable en el aire. Con esa combinación el litio se desplaza de manera segura entre electrodos.

La fórmula posibilitó la construcción de baterías a escala industrial y abrió la posibilidad de un cambio notable en la propulsión de los vehículos no sujetos ahora a los combustibles líquidos. Nacía la batería de Iones de Litio.

En la actualidad los bancos de baterías de litio están formados principalmente por dos componentes principales; las baterías propiamente dichas, y el módulo BMS (sistema de gestión de baterías). Este último es el encargado de controlar la correcta carga y descarga de las celdas que componen la batería, de mantenerlas equilibradas y en un entorno de operación segura.

El Sistema de Gestión mide asimismo la capacidad de carga y la temperatura. Además, le brinda la capacidad de comunicación al banco con los componentes externos; por ejemplo, el inversor de corriente y el cargador. Actualmente, la investigación se profundiza en encontrar baterías de litio no metálicas como las mencionadas. Aunque la densidad de energía es ligeramente inferior a la del litio metálico, el ion-litio es seguro, aunque demanda ciertas precauciones para que puedan asimilar con seguridad los procesos de carga y descarga a que son sometidos durante su vida ¨automovilística¨.

Baterias

A principio de los años 90 se enmendaron algunos problemas aparecidos en estas baterías, las que se cortocircuitaban y en algunos casos llegaban a explotar. La solución a esta falla las hizo muy populares y se aplicaron a teléfonos móviles, agendas electrónicas, ordenadores portátiles y lectores de música. Es por ello que su uso comienza a difundirse en la Industria automotriz; donde se destacaron el Tesla y casi todos los grandes y conocidos fabricantes, quienes comenzaron a incorporar diferentes modelos con versiones a batería; tanto de los llamados ¨enchuflables¨ como los híbridos. Parecía que el Litio, en su forma de ión Litio sería la base inmediata de sustituiría al Diesel y la Gasolina. Pero aparecieron en los últimos años otras opiniones de peso que enfriaban un tanto la euforia en pro de estas baterías; algunas de ellas, realmente sorprendentes, como son:

  • La demanda de Litio se ha incrementado notablemente ante la progresiva incorporación de éste a la Industria automotriz; ello plantea dudas sobre la capacidad de suministrar a nivel mundial las cantidades necesarias a la Industria.
  • El Litio costaba en 2003, US$ 450 la Tonelada. En 2022, US$ 65,000
  • El nivel de contaminación ambiental (Una de las razones argumentadas para sustituir el.Diesel y la Gasolina) debe considerarse cuando incluimos las cifras que alcanza el proceso de minería y la creación de los Iones de Litio. De esa forma, la comparación con los otros combustibles no es tan ventajosa ante éstos.
  • Las baterías de este tipo han confirmado un rendimiento notablemente menor a bajas temperaturas; algo a tomar en cuenta en Países donde este entorno es habitual y que coincide con Estados desarrollados, que serían y son, compradores mayoritarios de vehículos.
  • El peso mayor de los vehículos eléctricos debido al montaje de las baterías, unido a la proliferación de éstos a mediano y largo plazo, haría peligrosos los parqueos de varios pisos comunes en grandes ciudades; con posibilidades de derrumbe.

En estos momentos, hasta camiones pesados se incluyen entre los actuales y/o futuros portadores de baterías como fuerza propulsora. A todos ellos aplican las consideraciones anteriores. Este escenario ha llevado a los fabricantes de la Industria a pensar en otro combustible de remplazo: el Hidrógeno, aunque agrega otras incógnitas, entre ellas el llamado Hidrógeno Gris y el Hidrógeno Verde. (Continuará)

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Por Alfonso Cueto Álvarez

Sobre el autor

Lic. Ciencias Sociales en 1985. Trabajó en distintas actividades en el MITRANS desde el año 1964. Libros editados: Los abuelos de los almendrones, Tranvías y trenes eléctricos y en proceso Los automóviles aristócratas lujosos y herejes.