El modelo de los cuatro aros Audi Q3 adopta la plataforma modular MQB para estirar su longitud 10 centímetros, estar mejor proporcionado y ser más espacioso.
Los SUV compactos se han convertido en grandes protagonistas del día a día en las carreteras, así que el Audi Q3 vuelve a la carga con bríos renovados dentro de este segmento, combinando espacio y versatilidad.
Al adoptar la plataforma modular MQB en su arquitectura, el cuerpo de esta segunda generación se estira 10 centímetros, está mejor proporcionado y es mucho más espacioso que antes, al crecer también su distancia entre ejes.
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En ese sentido, la capacidad del maletero es ahora de 525 litros que pueden crecer hasta 625 si se corre la banca lo más adelante posible, aunque al abatir los asientos posteriores por completo el espacio se incrementa hasta 1 525 litros.
Otra variación del nuevo Q3 asoma en los faros LED de estilo gótico que incorpora fuera del marco de una gran parrilla de ocho lados, mientras en el interior una pantalla TFT “Cockpit virtual” queda a cargo del infoentretenimiento, que cuenta tanto con Android Auto como Apple Carplay.
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Asimismo, en materia de equipamiento trae climatizador automático bizona con salidas de aire para los pasajeros traseros, cargador por inducción, techo panorámico, acceso y arranque mediante llave inteligente, entre otros dispositivos y ayudas tecnológicas.
No obstante, quizá la mayor sorpresa tenga que ver con lo extremadamente ágil que se siente el Audi Q3, con más motores de gasolina que diesel en una dotación, cuya oferta en gasóleo solo cuenta de hecho con el familiar 2.0 TDI con 150 CV.
Todos los otros son 1.5 litros de 150 CV y un 2.0 con una potencia de 190 o 230 CV para atacar con aplomo los caminos más sinuosos y plantarle cara –cómo no- a un rival directo de la talla del BMW X1.
