DONALD CAMPBELL; OBSESIÓN POR LA VELOCIDAD

Superando los logros de su padre, Donald Campbell alcanzó velocidades que aún hoy constituyen metas extremas. Se le recordará como uno de los corredores paradigmáticos de vehículos motorizados. Veamos hoy sus experiencias en un medio tan voluble como el agua.

El británico Donald Malcolm Campbell (23 Marzo1921–4 Enero 1967) fue un corredor de vehículos marinos y terrestres que estableció records mundiales en ambas categorías en los años 50 y 60 del pasado Siglo. Realizó la proeza, aún sin igualar, de obtener en 1964 el primer lugar en las dos especialidades. Su tenacidad y valor le posibilitaron superar las marcas de velocidad que su padre, Sir Malcolm Campbell (11 de Marzo 1885-31 de Diciembre 1948) estableció en las primeras décadas del Siglo XX.

Al comenzar la II Guerra Mundial, Donald Campbell se ofreció como voluntario ante la Británica, Royal Air Force, aunque no fue aceptado por antecedentes de fiebre reumática sufrida en su niñez. Se desenvolvió en diferentes trabajos como Ing. de Mantenimiento y Accionista de una pequeña Compañía de máquinas herramientas. A la muerte de su padre y estimulado por Leo Villa, Jefe de Ingenieros del mismo, Donald comenzó sus esfuerzos hacia lograr marcas mundiales de velocidad; tanto en agua como en tierra.   

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Puede considerarse el verano de 1949 como el comienzo; empezando por alcanzar los de su padre y posteriormente, superarlos. Para ello, utilizó la embarcación Blue Bird K4 de éste. Al año siguiente, en Coniston Water, Lancashire (U.K.), tratando de superar la vieja marca, le informan que el norteamericano Stanley Sayres, ha alcanzado los 257 km/h; marca inalcanzable para lal K4, que requeriría de modificaciones en su hidrodinámica y tendría dos cabinas; la segunda, para el Ing. Leo Villa. Las modificaciones se efectuaron entre 1950-951.

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En las nuevas condiciones de la K4, Donald Campbell alcanzó los 270 km/h, aunque un fallo estructural de la nave, le impide establecer ésta como nuevo record. Al año siguiente, Sayres, llevando de co-piloto a Elmer Leninschmidt, rompe su propia marca al alcanzar los 287.6 km/h con su Hidroplano Mo-Shun IV en las aguas del Lago Washington, EE.UU. Se establecía una rivalidad entre el Británico y el Norteamericano que sería definida el 23 de Julio de 1955.

Ante la necesidad de una embarcación superior, capaz de borrar el record de Sayres, Campbell y los diseñadores Ken y Lewis Norris trabajan entre los años 1953-54 en un hidroplano propulsado por un motor Metropolitan Vickers Beryl Turbo jet  de 3,500 lbs/fuerza de empuje, con quillas hacia la proa a cada lado de la cabina de mando y un tercer punto de apoyo en la popa; silueta parecida a un langostino. Se denominó Bluebird K7. Era una construcción metálica de alta rigidez con un sistema de propulsión que se mantuvo con éxito hasta fines de los años 60.

Con esa nave, Donald Campbell alcanzó los 325.6 km/h. el 23 de Julio de 1955 en las aguas de Ullswater y durante los posteriores nueve años, establece sucesivos records en EE.UU. y U.K. Finaliza estas hazañas en Australia, cuando el 31 de Diciembre de 1964 alcanza los 444.7km/h. en el lago Dumbleyung. Por todo ello, es galardonado con la Order of The British Empire en Enero de 1957. En esta premiación jugó un papel especial su victoria en Lake Mead, EE.UU; pues colocaba al Reino Unido al frente del selecto grupo de Países y Pilotos ganadores en la especialidad; además, se había logrado en los propios EE.UU.

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En paralelo con estas marcas acuáticas, Campbell participó en competencias sobre tierra firme. Su experiencia con el denominado Bluebird CN7, construido con ese fin, le valió el record de 648.73 km/h. en el lecho seco del Lago Eyre, Australia, el 17 de Julio de 1964. Propulsado por un Turboshaft Bristol Proteus a turbina de gas con 4,000 hp, de potencia. fue el último de los records de velocidad alcanzados en tierra con tracción directa a las ruedas. Por Acuerdos posteriores entre la Federación Internacional de Automovilismo y su homóloga de Motociclismo, se consideraron records las velocidades alcanzadas por cualquier vehículo; tuviera o no ruedas tractivas.n la primavera de 1966, Campbell volvía a las aguas como su objetivo inmediato. El K7 se equipaba con un nuevo motor Bristol Orpheus y con sus 4,500 lbs/fuerza, era más poderoso y ligero que su predecesor. La nave modificada se llevó hasta Coniston a principios de Noviembre 1966, aunque adversas condiciones climáticas y otros problemas técnicos con la K7 impidieron los intentos por establecer nuevos records.

El 4 de Enero de 1967, las condiciones del tiempo hacen posible que Campbell intente una nueva marca de velocidad. Son las 08.45 h. cuando la K7 a su mando se dirige hacia el centro del lago y después del chequeo previo, empieza a desplazarse hacia adelante y con el ruido ensordecedor de su Bristol Protheus comienza a recorrer el primer kilómetro. A las 08.46 h, algunos cientos de metros después, alcanza los 113 km/h y pasados 7.5 segundos rebasa la 1ª. Boya indicadora (1km.) a 500 km/h. La velocidad promedio al finalizar la primera vuelta fue de 478.9 km.

Campbell no reabastece el K7 ni espera que las turbulencias creadas por la carrera se disipen y comienza la vuelta de retorno y final de la prueba. Recorridos unos 700 m, la embarcación alcanza los 528 km/h, y comienza a presentar peligrosos saltos sobre el agua en la quilla de estribor; uno de ellos provoca la elevación de la proa más allá de los límites de estabilidad de la K7 y provoca una ¨Vuelta de campana¨ hacia atrás de -320º cuando restaban 230 m. para finalizar el Kilómetro de recorrido.

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La velocidad alcanzada crea una tremenda fuerza de impacto que parte la K7 por delante de las tomas de aire del motor; justo al nivel de la cabina de mando del piloto, provocando el hundimiento del casco principal de la nave. Entre algunos restos que se encontraron a flote estaba la mascota (un oso de peluche) de Donald Campbell. Los buzos de la Royal Navy trabajaron durante dos semanas y recuperaron algunos restos de la nave, pero no pudieron encontrar el casco ni el cuerpo del Piloto.

Por gestiones del buzo Bill Smith, se crea el Bluebird Proyect, que desde Octubre del 2000 hasta Mayo 2001 efectúa una nueva búsqueda de los restos del naufragio. El 8 de Marzo se reflota una sección de alrededor de 2/3 del casco principal, comprobándose con más claridad el efecto del impacto en la nave y la posible causa de muerte del piloto. El 28 de Mayo, se recupera parte de los restos de Campbell envueltos en su overall azul, aunque faltando su cráneo; aún sin encontrarse hasta hoy. Este hallazgo y la aparición de su casco en los primeros momentos de la búsqueda, confirma que la fuerza del golpe decapitó a Campbell de inmediato.

El 28 de Enero de 1967, Donald Campbell fue galardonado póstumamente con la Orden Queen's Commendation for Brave Conduct  ¨Por el coraje y la determinación en lograr el record mundial acuático¨. Sus restos, confirmados mediante un exámen de ADN, fueron sepultados en el cementerio de Conister el 12 de Septiembre de 2001, después que su ataúd fue transportado por la misma ruta final que recorrió con el Bluebird K7 aquel trágico 4 de Enero de 1967. Presentes estaban su esposa Tonia Bern; Gina, su hija del primer matrimonio, miembros de la familia y su equipo de trabajo y admiradores.

NOTABLES MARCAS ACUÁTICAS DE DONALD MALCOM CAMPBELL

El 7 de Diciembre 2006, Gina Campbell, la hija de Donald, entregó los restos del K7 al Museo Ruskin(En portada), de Coniston, en representación de la Familia para su conservación y patrimonio de todos. Bill Smith es nombrado para la reconstrucción de la nave con la mayor similitud posible a la original; tarea que se completa en 2018. En Agosto de ese año se transporta hasta Loch Fad y se reflota el día 4, iniciando sus careras de prueba el 5, llegando a alcanzar los 240 km/h.

No hay intenciones de batallar por un nuevo record. Con estas prácticas, solo se pretende mantener viva la imagen de un Piloto excepcional y su nave acompañante. 

Hasta hoy, solamente dos Pilotos han superado la Marca de Campbell:

Existen varios Proyectos de embarcaciones con miras a establecer nuevos records; aunque ninguno ha cristalizado aún.

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