La lucrativa industria del ocio sufre de coronavirus, en especial sus esferas transportistas, tanto la aeronáutica como la marítima y la automotor. Veamos el triste destino de ciertos cruceros.
La COVID-19 prácticamente ha detenido el movimiento de las personas en todo el mundo, desde el cierre de muchas fronteras hasta la enérgica frase de “quédate en casa”, difundida tenazmente por los canales informativos de la casi totalidad de países del orbe. El turismo frenó abruptamente para dejar sin trabajo a millones de empleados.
En medio de este caos social y de salud, algunas empresas transportistas han inventado formas para sobrevivir a la crisis. Con el propósito de salvar aerolíneas, en la rama aeronáutica se proyectaron los llamados “vuelos a ninguna parte” y, en la marítima, aparecieron en Turquía unos astilleros que se dedican al desguace de barcos cruceros.
Te puede interesar: A la venta los pasajes para vuelo a ninguna parte
Este nuevo y próspero negocio, se encuentra sobre la costa del mar Egeo, en el Astillero Aliaga, al oeste de Turquía. Su labor, como astillero no es la construcción de buques, sino su desguace para convertirlos en chatarra y comercializarla en el mercado siderúrgico. Pero, además, de los cruceros no solo se aprovecha la chatarra.
Fabricados con todo confort para disfrute de los pasajeros a bordo, tanto el mobiliario como las múltiples atracciones y accesorios no metálicos, son vendidos a hoteles y hostales, cuyos representantes visitan con frecuencia el Astillero Aliaga para adquirir, a muy buen precio, piezas imprescindibles del sector turístico.
La nueva modalidad en el Astillero Aliaga, surgió en marzo de este año, al tiempo que se extendía la pandemia de coronavirus y surgió la orden que prohibía la navegación de buques de pasajeros, emitida por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, el país que opera la mayor cuota del mercado de cruceros.
El Astillero Aliaga emplea unas 2 500 personas, con su equipamiento, para el desguace de cruceros. Cada uno de estos grandes barcos de pasajeros se demoran alrededor de seis meses en ser totalmente desmantelados. Y, con ello, el astillero turco piensa aumentar sus volúmenes de chatarra a más de un millón de toneladas este año.
El Grupo Carnival, mayor corporación operadora de cruceros del mundo, anunció que se iba a deshacer de 13 de sus barcos: unos serían vendidos y otros irían al desguace. Según declaraciones de esta compañía, durante el segundo trimestre de este año, Carnival ha tenido pérdidas por cuatro mil trescientos setenta millones de dólares.
En el Astillero Aliaga se trabaja en los barcos Pullmantur Monarch, antes Monarch of de Seas, asimismo en Carnival Inspiration y Carnival Fantasy, entre otros. A este astillero turco para desguace, el mayor de Europa, llegan barcos de Estados Unidos, Gran Bretaña e Italia. Tras una maniobra que hace encallar el barco, se desguaza por partes.
Triste fin de cruceros fabricados para transportar, con confort y felicidad, a sus alegres pasajeros. ¿Cuántas historias quedarán fundidas en chatarra?