No tan nombrado como su padre, Edsel Bryant Ford estuvo al frente de proyectos que mantuvieron a la firma entre las mayores y más conocidas del mundo
Edsel Bryant Ford nació el 6 de noviembre de 1893 en Detroit y fue el hijo único de Henry Ford. Formado por su padre como sucesor en la Compañía, es nombrado por éste como Secretario en 1915. El 1º. de Noviembre del año siguiente contrae matrimonio con Eleanor Clay, sobrina de J.L Hudson, el creador de otra conocida Marca de autos. Sin dudas, Edsel crecía y se desenvolvía en un ambiente marcado por el automovilismo.
Desde 1919 es nombrado por su padre como Presidente de la Compañía. Su empatía por los autos deportivos y diseños más modernos, influye en decisiones que modifican la imagen de la Ford. Ello lo decide a comprar la Lincoln Motors en 1922 y posteriormente en el relevo del emblemático Modelo T.
En 1927, el Ford T cumplía 19 años en producción. Desde su salida al mercado en 1908 se habían vendido 15´700,034 autos; cifra record que se mantuvo por 45 años. No obstante, ya se mostraban signos que requerían la debida evaluación y posterior decisión ante los retos de otros rivales de la Industria del Automóvil; en particular, el Chevrolet. La realidad era que aquello considerado como ¨lujo¨, ya era una necesidad generalizada en la industria.
Edsel asume la tarea de mantener la Marca en los lugares cimeros del automovilismo. Una de sus principales acciones fue la sustitución del Modelo T, que culmina con el nuevo Modelo A, (sin relación con el igual denominado en 1903, cuando la Ford comenzaba su vida productiva). La decisión le ocasionó no pocas discusiones con su padre; más apegado a los logros del Modelo T y claramente opuesto a lo que consideraba superfluo en el automóvil
Mientras su padre se encargó de la calidad mecánica del nuevo auto, Edsel se concentró, con la ayuda del diseñador Jozsef Galamb, en lograr un ¨look¨ que refrescara la imagen del anterior Ford. No solo ésto; estableció el freno mecánico sobre las cuatro ruedas y un nuevo tipo de transmisión de tres velocidades tal como la conocemos hoy; totalmente diferente a la del Modelo T; única entre todos los demás autos.
Se adicionaba a la oferta la opción de cuatro colores a escoger; en vez del negro, única opción del Modelo T. Algo también destacado fue el cristal de seguridad en el parabrisas, utilizado por primera vez en un auto. Con su motor de 3.6 litros podía alcanzar una velocidad de hasta 105 km/h. Se fabricó en distintas plantas de ensamblaje, tanto en EE. UU. como en Argentina, Canadá, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Japón y el Reino Unido.
La Compañía GAZ, mediante un Joint Venture de la Ford con el Estado de la URSS, produjo desde 1932 hasta 1936 el Modelo T en distintas variantes. Una de ellas como camión, algunos de los cuales fueron utilizados durante la II Guerra Mundial como portadores de las primeras baterías de lanza cohetes múltiples, las llamadas Katiushkas.
Como resultado de lo anterior, desde 1928 hasta Marzo de 1932, fecha en que finaliza su producción, se vendieron del Modelo A; 4,858,644 unidades entre todos los estilos y colores ofertados al público. Cedió paso al Modelo B, fabricado durante breve tiempo y que era en la práctica un Modelo A con su motor 4 en línea mejorado. Más radical fue la salida en 1932 de otro sustituto; el Modelo 18: que lanza el primer motor V8 con válvulas laterales para un carro de bajo costo, conocido como flat head.
Sobre la base de este motor hubo modificaciones durante toda la década del 30 en los autos ofertados por la Ford. Es de destacar que todos ellos se llevaron a efecto en medio de la Gran Depresión, que llevó a la ruina a cientos de fabricantes norteamericanos en esos tiempos. Más aún, en 1939 la Ford lanza al mercado un auto intermedio; el Mercury, que se mantuvo en el Mercado hasta enero del 2011 compitiendo con otros de su categoría.
Edsel Bryant Ford fue un elemento clave en todas estas decisiones de la Compañía. Su fallecimiento el 26 de mayo de 1943 culmina una época en que la Ford enfrentó grandes desafíos y logró mantenerse entre las primeras del mundo. A los sucesores les aguardaban grandes retos; pero esas son otras historias.
