Construido con materiales avanzados, con un diseño revolucionario y una arquitectura de vanguardia. Este prototipo de 1948 obtuvo cotas aún notables hoy día. Veamos la historia.
La II Guerra Mundial dejó en Europa –entre tantas cosas– la necesidad de autos prácticos. Panhard fue de las que mejor entendió la situación y cambió el enfoque de su producción: de modelos lujosos con grandes motores a pequeños vehículos ligeros con motores de 2 cilindros, para el segmento inferior del mercado. Luego de un primer modelo lanzado a la carrera, Panhard Dyna X, realizó importantes esfuerzos en el desarrollo de sus ofertas futuras. Aquí fue crucial su departamento de diseño y una de sus primeros logros fue el prototipo Panhard Dynavia, diseño de Louis Bionnier, de 1948.
Bionner aplicaba conceptos de aeronáutica, buscando encontrar nuevas formas de ahorrar peso y mejorar la aerodinámica. El Dynavia empleó el motor bóxer de 2 cilindros, 610 cc refrigerado por aire, 28 CV que montaba el Dyna y tracción delantera; arquitectura novedosa para la época. Igual se optimizó la estructura tubular del chasis y la carrocería evito las líneas duras, siendo construida de un material muy ligero –Duralinox–, sofisticada aleación de aluminio con cobre y magnesio. Con esta configuración, el Dynavia pesaba 610 kg, siendo 215 kg más ligero que el Dyna X y 20 km/h más rápido.
Para complementar el esfuerzo, el diseño se caracterizaba por la forma extrema de lágrima, pues Bionnier fue pionero en aplicar las formas de la naturaleza en el diseño automotriz. En particular, estudió la aerodinámica de los pájaros y la anatomía de los peces. Además, se utilizó el túnel de viento del Instituto Aérotechnique, al suroeste de París. Por todo ello, el coeficiente aerodinámico (Cx) fue de 0.26, excelente para la época.
La imagen del Dynavia está dominada por su frontal bulboso, con faros antiniebla dispuestos centralmente entre las dos ranuras, donde se sitúan los faros principales. Las luces de posición e indicadores de giro se montan directamente en el frente del parabrisas. Por su parte, el extremo trasero termina con una cuña inconfundible, rematada con una sola luz trasera. Típico de vehículos aerodinámicos es el voladizo trasero muy largo.
En el Salón del Automóvil de París, de 1948, el Dynavia llamó poderosamente la atención. Luego, sus experiencias permitieron el desarrollo de diseños ligeros, aunque la escasez de materiales livianos impidió su empleo en mayor proporción. A pesar del pequeño motor, logró una movilidad aceptable, siendo pionero de este concepto en la industria automotriz. La velocidad máxima del Dynavia se pudo establecer en 130 km/h, y su consumo, de 4.2 L/100 km, es notable, aún en la actualidad.