La capital china, habitualmente colapsada por los casi seis millones de vehículos que transitan sus calles diariamente, hoy tiene que por cada placa nueva disponible hay 2 031 personas que se la disputan, según las cifras de la Comisión Municipal de Transporte.
Exige el sistema de transporte chino que, para comprar un coche, hay que tener primero una matrícula. Y desde el 2011, con el objetivo de controlar la grave contaminación y el tráfico, las autoridades pekinesas han impuesto un sistema de lotería para distribuir las que tiene disponibles anualmente en sorteos bimestrales.
Aunque siempre había sido complicado lograr una matrícula de coche en Pekín, este 2018 lo es más que nunca. Por un lado, se ha recortado el número de placas en oferta, de los 90 000 otorgados en años anteriores, y por otro, el Ayuntamiento acaba de anunciar que a partir del año próximo restringirá la entrada de los casi 700 000 vehículos con matrícula de otras provincias que circulan diariamente por la capital. Estos vehículos tendrán que pedir permisos especiales y solo podrán transitar un máximo de doce semanas al año.
Ambas medidas tienen como propósito alcanzar el objetivo de limitar a 6.3 millones los automóviles en las calles pekinesas para el 2020. Sin embargo, aún así se ha disparado la demanda de placas locales. Entre 2010 y 2016, el número de coches en Pekín creció una media anual del 3.23 %, mientras que las rutas abiertas al tráfico rodado solo crecieron un 0.66 % al año.
Ante tales circunstancias, Rong Jun, el portavoz de la Comisión de Transporte de Pekín, expresó que el sistema de lotería no es perfecto, pero sí necesario, dado que la demanda de vehículos supera la capacidad de la capital, según la página web ecns.
(Con información de El País)