El piloto español de Honda, Marc Marquez, lleva una década sin ceder en el circuito alemán y lo ratificó en la última cita del Campeonato Mundial de MotoGP.
Con tan elevado nivel en el Campeonato Mundial de MotoGP, hacer una carrera perfecta es algo difícil. Puede que algún piloto tenga, a lo largo de su trayectoria, un fin de semana intachable. Pero ganar en diez ocasiones consecutivas en un circuito, como lo ha hecho ahora Marc Márquez en el Gran Premio de Alemania, eso sí es algo de otra galaxia.
El ícono de la escudería Honda sigue poniendo el listón a una altura que muchos creen inalcanzable. En , el de Cervera hizo trisas el récord logrado hace años por el italiano Giacomo Agostini en Imatra (Finlandia), cuando el motociclismo era de otra tesitura; lo más cercano a su decálogo perfecto fueron los siete triunfos de Valentino Rossi en Mugello. Nada más que apuntar.
Como en cada una de sus anteriores victorias, Márquez se adjudicó la pole, pero falló en la salida. Sin embargo, la frenada en la primera curva le salvó. Maverick Viñales no pudo sacar crédito a la situación con su Yamaha y se quedó segundo; después del toque con el francés Fabio Cuartararo, John Miller ponía una Ducati la tercera posición y la Suzuki de Alex Rins se situaba como escolta.
En lo adelante, todos los cambios sucedieron a espaldas del líder del campeonato, acertado en la estrategia de principio a fin. A mitad de carrera Rins volvió a pifiar y Viñales le aguantaba el pulso a la Honda de Cal Crutclow, mientras que más atrás las Ducati oficiales de Andrea Dovizioso y Danilo Petrucci se peleaban con la de Miller por mejorar posiciones.
Si algo de inmaculado tuvo el desempeño de Márquez fue la dosificación de sus vueltas. “Apreté 10 vueltas, luego conservé neumáticos otras 10 y en las últimas 10 tenía un poco más, pero Austin estaba en mi cabeza. Sabía que si tenía tres o cuatro segundos sería suficiente", admitía tras la bandera a cuadros, toda una declaración de madurez competitiva.
No hubo fallos en la punta y Márquez se va de vacaciones con una renta de 58 puntos que si bien no es definitiva, tiene pinta de abismal. Es la mayor a estas alturas del campeonato desde 2014, y el momento que vive el box de Ducati, con Dovi cada vez más frustrado por el desempeño de su máquina, hace que la distancia parezca cada vez menos salvable.
Al circuito de Brno, a principios de agosto, llegará Márquez como el único piloto en lograr al menos cinco victorias a lo largo de diez temporadas. Nadie había conseguido antes cinco o más victorias en la máxima categoría en siete años seguidos. Y todo con solo 26 años ¡Impresionante!