Entre las múltiples Motos de Guerra que se usaron en la II Guerra Mundial (alemanas, italianas, japonesas, inglesas, soviéticas y norteamericanas) está esta germana marca DKW, la que quedó enterrada probablemente por uno de los constantes bombardeos aliados a las zonas ocupadas por el Ejército alemán durante la contienda bélica.
La moto encontrada es de una de las marcas insignias de motocicletas de la preguerra alemana. La compañía DKW, que son las siglas de Dampf-Kraft-Wagen, en alemán, lo cual significa ”coche movido por vapor“, fue fundada en 1916 por el ingeniero danés Jorgen Skafte Rasmussen, quien estableció su fábrica en el valle de Zschopau, Sajonia, Alemania.
Su objetivo era fabricar repuestos para máquinas de vapor, pero terminó por construir una motocicleta, a la que llamó entusiasmado ”una pequeña maravilla“ (en alemán: Das Kleine Wunder), otra vez DKW, aunque con diferente significado. Este fue el comienzo de la marca DKW, que luego, en los años 30 del siglo pasado, fue el mayor productor mundial de motos y un orgullo alemán.
Se trata de una DKW 300 Lexus, bastante bien conservada si consideramos que la II Guerra Mundial finalizó hace 70 años. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estuvo enterrada en el fango (según se puede ver en las fotos) y, considerando su profundidad, es necesario recordar que este elemento (el fango) es anóxico, lo que significa que no hay oxígeno, por tanto no debe haber oxidación en sus piezas, como aparece.
Y digo esto porque hay quien piensa que es un truco. Si no entra ni sale oxígeno, tampoco deben podrirse los neumáticos ni deteriorarse mucho otras partes de la carrocería. El motor parece intacto. Recuerdo fotos de las motos sumergidas a bordo del buque británico SS Thistlegorm, hundido en 1941 por submarinos alemanes, que no estaban peores que esta encontrada en el fango ¡y nadie duda de lo corrosiva que puede ser el agua salada del mar!
Lo cierto es que hoy les hemos traído una moto clásica de finales de la década del 30, con la particularidad que estuvo sepultada bajo tierra por más de 70 años. ¿Se podrá echar a andar nuevamente?
Créditos
Willy Hierro Allen