A propósito del X Seminario Gastronómico Internacional convocado por el Grupo Excelencias y a celebrarse los días 11, 12 y 13 del mes de octubre de 2023, “Gastronomía Hispana: fusiones y proyecciones americanas”, nos parece interesante conocer cuál ha sido la presencia de los medios de transporte en cuanto a la comida.
Podría pensarse que es un tema traído “por los pelos”, pero desde hace muchísimos años los seres humanos han acudido a comer fuera de la casa, y no precisamente en cafeterías o restaurantes. Rebuscando orígenes, y aunque no hay ni ruedas ni motores, encontramos los termopolios (derivado del latin thermopolium) durante el Imperio Romano. Fueron locales pequeños dedicados al comercio de alimentos preparados y bebidas, frecuentados por las clases sociales de menor poder adquisitivo que no podían costear una cocina privada.
El crecimiento en las ciudades creó la necesidad de comidas rápidas y en la calle. Los japoneses vendían suchi en carritos a finales del siglo XVII, lo que tambíen existió en New York. En los Estados Unidos del siglo XIX, en el oeste, surgen los Chuck wagon (carretas) que recorrían largas distancias por caminos de difícil acceso para suministrales comidas y condimentos a los vaqueros en sus travesías por el desierto, lo que se multiplicó en otras partes del país.
Adentrándonos en el siglo XX, los carritos de comida, los tranvías que dejaron de usarse, los camiones y otros vehículos, vendían comidas sencillas y rápidas. En 1936, la marca Oscar Mayer comenzó a vender sus productos en carros con forma de salchicha (dog wagon), y en 1950 surgieron los primeros camiones heladeros que solucionaban un problema.
Hacer las gestiones bancarias por ventanillas fue el antecedente de comer sin bajarse del auto, un servicio rápido y sin tener que buscar un sitio donde estacionar. En 1921 abrió el primer restaurante drive-in, un establecimiento de la cadena de restaurantes texana “Pig Stand” situado en la carretera que unía Dallas a Fort Worth donde los autos parqueaban y sus ocupantes comían en el interior de los vehículos, después que las camareras tomaban nota del pedido y los servían en bandejas que se colocaban en las ventanillas de los autos y avanzando los 50´s el drive thru y el drive through (servicio al carro y el autoservicio) agilizó el poder comer sin salir del auto.
En Cuba, también han sido utilizados los vehículos (de motor o no) para llevar la comida hasta la casa o comer sin salir del auto. Para los “mayorcitos”, en el área del Malecón habanero que colinda con el Hotel Nacional (conocido hoy como la Piragua) podemos ver en las fotos del Grand Prix de 1957 el tráiler de Rigoberto rotulado con la firma Guarina que hacían unas leches malteadas... Ya en pleno siglo XXI y con la aparición de los TCP y las MYPIMES encontramos las entregas de comida a domicilio que se hacen fundamentalmente en motos, y los carritos que venden pan y galletas.
Por el momento, ¡Buen provecho!