En el anterior artículo nos quedamos en las gomas que utilizaban en las carreras, las de ellos, no tenían la calidad de los corredores de la capital. Se dirigió a la antigua fábrica de gomas que había en Matanzas y allí les ayudaron a hacer las primeras gomas más aceptables.
Las gestiones siguieron en La Habana y junto a Pancho Abascal (ya fallecido) que estaba a cargo de los Karting en la SEPMI de la capital hicieron el contacto con Poligom y estas gomas aunque eran de un compuesto muy duro y tiznaban mucho, pero todo el mundo corria con ellas, incluído campeonatos nacionales. Claro que las gomas japonesas eran mejores.
Otro aparte era el vestuario que se utilizaba en aquella época, los monos deportivos ligeros, las guantillas las buscaban cada cual, competína con ropa normal y tennis, no habia tanta proteccion. A partir de los 90 mejoraron las condiciones con overoles personalizados.
Su última competición fue en la Carrera Internacional de Varadero, difícil y dura, porque no era lo mismo entrar a una curva con una buena goma que con una mala, como les sucedía antes, ahora estaban todos parejos. Esto les permitió tener ventaja sobre Ciudad de La Habana y los resultados ya fueron diferentes, aprendieron a correr con gomas malas, duras y de poco agarre, pero al tenerlas buenas, no había quien los detuviera.
Aunque no tuvo resultados relevantes en competencias nacionales, siempre quedó 3ro., 4to. o 5to. Lugar, pues cuando arrancaban alrededor de 40 karting eso era muy fuerte y sufrió algunas roturas. En Matanzas no tuvo muchos rivales, le sacaba velocidad a su karting y tenía ayuda de muchas personas para mejorar su máquina.
Recuerda que a pesar de la rivalidad existente, los kartistas eran un excelentes compañeros, se “ripiaban” en la pista, pero eran amigos, como el holguinero Oliverio Ortíz (fallecido en un accidente automovilístico), los siempre excelentes padre e hijo Cañedo, Paquito el médico y su hijo Paquitín y muchos más, logrando tener el deporte en alza con la ayuda de la SEPMI en Matanzas y asi se manifestó en todas las provincias junto a el coronel Pellicer que atendía la SEPMI en Holguin que fue un puntal importante en esos años.
Nunca se ha despegado de las carreras, eso se lleva en la sangre. Acude a todas las competiciones que puede y se siente feliz con la nueva generación de kartistas, les traslada sus experiencias, claro “que ahora es mucho más complicado” nos dice emocionado. Es del criterio la tradición de construir los karting, de correr en diferentes lugares, nunca debió haber desaparecido. Se saborea mucho cuando uno hace la máquina, lucha por ella y ve los resultados y eso es importante para el atleta.
Hoy está enfrascado en otra maquinaria, el arreglo del Reloj emblemático de Bolondrón y le auguramos que también ganará esa carrera. Reinaldo Fariñas, te deseamos éxitos.