El viaducto de Millau es el paso automotor más alto de Europa, un puente atirantado que cruza el valle del Tarn, en el departamento de Aveyron, al sur de Francia. La estructura soporta un tramo de vía de 2 460 metros de longitud y alcanza casi 350 metros en su punto más alto, donde el viento puede soplar a más de 200 km/h.
Este proyecto requirió años de estudios técnicos y gastos financieros. Los estudios comenzaron en 1987 y la estructura fue puesta en servicio el 16 de diciembre de 2004, tres años después de la colocación de la primera piedra. Su costo fue de más de 320 millones de euros. Actualmente por este viaducto transitan más de 4,5 millones de vehículos anuales.
El viaducto de Millau es el segundo puente más alto del mundo, después del Baluarte-Bicentenario, que está en México. Se construyó en unos 36 meses y tiene siete grandes pilares de hormigón. El ancho de la vía es de 32 metros, en dos carrileras, con zona de parqueo en ambos sentidos. Fue creado por el ingeniero francés Michel Virlogeux,
La construcción de esta formidable carretera elevada, comenzó el 10 de octubre de 2001 y debía prolongarse durante tres años, pero las buenas condiciones del tiempo permitieron que el trabajo de sus 3 000 obreros se adelantara, por lo cual fue inaugurada en diciembre de 2004.
Como vía automotriz, prácticamente duplica la altura del puente elevado que, hasta entonces, era el más alto del mundo: el Europabrücke, que está en Austria; al tiempo que se convirtió en el puente de carretera más alto si se toma como referencia el nivel de la calzada: 270 metros, lo cual supera los 268 metros del viaducto del New River, en Virginia Occidental, Estados Unidos.
El 5 de enero de 2012, el viaducto de Millau perdió la condición de puente más elevado del mundo. El viaducto Baluarte-Bicentenario, de la carretera Mazatlan-Durango, en México, lo superó con sus 402 metros de altura (de la calzada al río) para ser el puente atirantado para vehículos más alto del mundo.
Sin embargo, el viaducto de Millau sigue siendo (y probablemente será) la carretera más espectacular de Europa. Y no solo por su altura, sino por las condiciones climáticas que se mantienen sobre el valle del río Tarn, que te da la sensación de transitar a través de las nubes, “como si rodaras por el cielo”.