Buick reutilizó el Skylark, tras su éxito de los 50, con frecuencia. La serie 1968-1972 aportó un carrazo, para muchos el mejor Buick de la historia: el Buick Skylark GSX 1970.
Breve reseña.
La gama media de Buick fue rediseñada en 1968, con una imagen conocida como “estilo botella Coca-Cola”, por la curvatura de sus guardabarros delanteros. Para 1970, todas las versiones medianas se integraron en el Buick Skylark, desapareciendo el Special, y añadiéndose una serie Gran Sport (GS), para ser el muscle-car de la marca.
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Pero a lo nuestro.
Los GS estaban montados sobre la plataforma Skylark, pero diferenciados para insertarse entre los muscle-car. La versión GS básica se diferenciaba en detalles estéticos, incluso montaba el V8 básico de la serie Skylark, aquí con relación de compresión 10,25:1 y potencia de 315 HP. Luego estaba el GS 455, algo más potente, y finalmente, el Buick Skylark GSX.
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Puro muscle-car.
La versión GSX se presentó en el Salón del Automóvil de Chicago, en febrero de 1970, para probar la reacción del consumidor. Fue tan favorable que de ahí salió directo a producción. Con esta dinámica se entiende que su publicidad fue casi nula, incluso no aparecía en los folletos de la marca a finales de 1969.
El Buick Skylark GSX puede ser el muscle-car más completo que se haya producido, con opciones Stage I y II. Equipado en todos los aspectos, no desmerece en ninguno y sobresale en varios. Fueron pintados solo en Blanco Apolo o Amarillo Saturno. Incluía tacómetro en el capó, gomas G60x15, llantas de 7” de ancho, suspensión mejorada, spoiler delantero y trasero, paragolpes más resistentes, enfriamiento forzado, frenos de delanteros de disco, barra estabilizadora delantera especial, una barra estabilizadora trasera, placas identificativas en la parrilla, panel interior, y … ¡un V8 escandaloso!
Aquí Buick lo puso todo. El Stage I ponía a gozar el V8 455. Equipado con carburador Rochester Quadrajet de cuatro bocas y doble escape de baja fricción, la potencia llegaba hasta los 360 HP. Lo extraordinario estaba en el árbol de levas que, modificando la apertura de válvulas, lograba un torque descomunal: 510 lb-pie a 2800 rpm.
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Esta cota resultó histórica, e hizo del Buick Skylark GSX el auto yanqui de mayor torque de todo el Siglo 20. Solo 33 años después, en 2003, el Dodge Viper V10 reventaría ese record.
Para complementar al V8, un Buick Skylark GSX podía incorporar una caja manual de cuatro cambios GM Hurst o automática de tres, Turbo Hydra-Matic 400, para el Stage I.
Elegirlo costaba 1196,00 USD, y todavía se podían añadir opciones extras como cierre eléctrico de puertas y maletero o radio-casette stereo.
Stage II
Todavía era posible ir más allá pues existía la opción de pedir en los dealers la instalación del Stage II, la cual incluía pistones forjados para soportar la compresión de 12:1, tapas Mickey Thompson, múltiple Edelbrock B4B y diferencial 4,78:1
