En 1924, el FIAT Mefistófeles era una exhalación del demonio. El primer tunning de la historia, y sus 234 km/h aún son record para una vía pública.
El FIAT Mefistófeles fue soñado, diseñado y construido para conquistar el récord mundial de velocidad. Su progenitor, Ernest Eldridge, fue un genuino pionero del automovilismo.
Génesis del FIAT Mefistófeles
En 1922, a Ernest Eldridge le impresionó la carrera de John Duff, a bordo de un FIAT SB4 de 1908. El auto, ya con años, tenía potencial y Ernest decidió adaptarle nada menos que ¡un motor de aviación!
El primer Tunnig de la historia
Pero no sería un motor cualquiera, sino el más famoso de la época: el FIAT A.12 de 6 cilindros en línea y desplazamiento de 21 706 cm3, el cual modificó dotándolo de cuatro válvulas por cilindro y 24 bujías Magneti Marelli. Así, alcanzó la endiablada potencia de 350 CV a 1.800 rpm. Algo casi sobrenatural para los años veinte.
Siendo el motor demasiado largo, y voluminoso, para el capot del FIAT SB4, se alargó el chasis con partes tomadas de los restos de un autobús de Londres, dañado en un accidente.
Al final, el resultado fue muy armónico, conservando toda la parte mecánica del modelo básico: la transmisión final por doble cadena y frenos de tambor, sólo en el eje trasero.
FIAT Mefistófeles ¡Allá va eso!
La potencia y el ruido descomunales del motor hacen que Eldridge nombre su auto Mefistófeles. El 5 de julio acude a un reto de René Delage para romper el record de velocidad y logra 230,55 km/h, batiendo el record anterior.
Sin embargo, al no tener el Mefistófeles reversa, no se reconoce el registro. Eldridge hizo algunos ajustes y añadió una solución para la marcha atrás. Así, el conductor apareció en la recta de la Ruta de Orleans, el 12 de julio de 1924. El FIAT se superó a sí mismo y estampó 234,97 km/h, siendo el último récord de velocidad a kilómetro lanzado aprobado.
El hecho es una hazaña descomunal. Imaginen esa potencia liberada, la aceleración, la velocidad alcanzada, sin los sistemas electrónicos actuales, ni siquiera frenos hidráulicos: un verdadero demonio desatado a la fortuna de la física.
Epílogo del FIAT Mefistófeles
Para hacer aún más interesante la historia, ha prevalecido el misterio de cómo Eldridge diseñó e implementó el artilugio para tener reversa, sin cambiar la caja de cambios. La respuesta aún se desconoce, pues esa parte del coche ha desaparecido.
Hoy, el FIAT Mefistófeles se conserva en el Centro Storico FIAT, ubicado en el edificio Corso Dante, primera fábrica de FIAT. Su record permanece hoy como la marca más elevada obtenida en una vía pública.