Resulta habitual que el diseño incorpore a las producciones industriales cambios que en mayor o menor medida, se generalizan y convierten en el standard para cualquier rama productiva; la automotriz no ha sido la excepción.
Transcurría en los años 30 la Crisis Económica Mundial y en EE.UU, los fabricantes de autos que la sobrevivieron se enfrentaron a ella de distintas formas. Una de éstas fue, paradójicamente, el lanzamiento de nuevos modelos más costosos y con cambios tecnológicos que supuestamente le ganarían espacio en un mercado reducido.
Año 1936
Uno de los Magnates de la Industria, Erret Loban Cord, quien producía asimismo los lujosos Auburn y Duesenberg, muestra en 1936 el Cord 812/810 (con y sin turbo), que entre otras novedades, fue el primero en ofrecer faros en los guardafangos delanteros que podían ser ocultados mediante una palanca en el tablero de instrumentos. Con poblemas en las entregas dada la no terminación de novedosos agregados, las demoras disminuyeron notablemente la compra del vehículo; produciéndose solamente alrededor de 3,000 en los dos años de vida de la Marca.
En ese entorno, la Chrysler Motors prueba en 1942 en su Marca De Soto, el sistema que califica como ¨Air Foil Lights¨, que según una traducción clásica serían ¨luces con lámina de aire¨. Eran simplemente cubiertas que ocultaban el faro y que a voluntad del conductor se abrían o cerraban mediante un circuito eléctrico en la pizarra del auto. Ello podía crear situaciones complicadas al conductor en caso de fallos en dicho sistema eléctrico; tal vez en los peores momentos.
En esa fecha, la Industria Automotriz de EE.UU. fabrica los últimos vehículos comerciales, pues comienza un hiato de tres años en que la producción se vuelca hacia los equipos militares que se dedicarán a la II Guerra Mundial.
Al reanudarse la producción comercial en 1946, el De Soto salió idéntico al modelo del 42; pero sin el sistema, que a pesar de no ser incorporado a los autos de la Chryser, se usó desde entonces en algunos modelos experimentales o muy escogidos de distintos fabricantes; pero fuera totalmente de la masividad de otros agregados.
Año 1957
Fue un año en que la Industria Automovilística de EE.UU, realizó cambios en sus diseños carroceros y mecánicos en medio de una dura competencia. La Ford, con sus modelos Fairlane, Fairlane 500, Fairlane Skyliner y Galaxie, mostraba poderosos motores, salones espaciosos y aportaba un convertible de techo duro retractable que se podía oculta en el espacio correspondiente al maletero; lo nominó Fairlane 500 Skyliner.
Sin dudas, era elegante y muy atractivo; sobre todo cuando procedía al ocultamiento y/o despliegue del techo. A pesar de lo novedoso, solo estuvo en producción los años 57 y 58; los compradores prefirieron continuar con el clásico techo textil, ya conocido y sin las demandas tecnológicas del nuevo sistema; más complicado en su reparación.
El Mercury, otra de las Marcas de la Ford, aportó un polémico Modelo a estas innovaciones; el Turnpike Cruiser.
Basado en el Mercury Montclair, el Turnpike incluía un sistema que denominó "Breezeway", donde se establecía una circulación de aire en el salón del auto desde el frente y techo hasta el parabrisas trasero, que formado por tres piezas, permitían que la mayor, la central, subiera y bajara a fin de permitir la salida del el flujo de aire. Como curiosidad, fue aceptado el sistema; pero no recibió la aprobación de la clientela del auto. Solo se fabricó el Modelo en los años 57 y 58, con 23,268 Unidades. Fue sustituido por el Modelo Park Lane en 1959.
La General Motors no podía quedar fuera de estos cambios del 57. Aplicó modificaciones en el Oldsmobile y el Buick relativas al parabrisas trasero, que se había conformado de una sola pieza, incluso desde mucho antes que el parabrisas frontal.
La belleza en el diseño y otras mejoras tecnológicas, bien recibidas por los clientes, no disminuyó las críticas a las columnas que limitaban la panorámica que se disfrutaba desde tiempo atrás por los conductores. Tan duras fueron las críticas de éstos, que para el 1958, ambas Marcas eliminaron le ¨novedad¨ y se restituyó el bien aceptado cristal panorámico trasero.
Lograr un equilibrio entre Diseño, Funcionalidad y gusto del Cliente, es siempre un reto para cualquier producción Industrial. La Automotriz no es una excepción y cuando no sale bien la Fórmula, los resultados pueden ser desalentadores.
Solo tratamos unos pocos; aunque han existido muchos más; y más graves.