Mi regalo en el Día de los Padres.Quiero dejar atrás, por esta vez, las felicidades tempraneras de mi hija en el día de los padres, para escapar con mi papá e hijo varón –los tres varones de la familia Hierro- en este sueño que vivo como si fuera real. Nos vamos a correr a Monte Carlo, el mítico trazado principesco, en esta mañana especial y donde –gracias a que soy de poco dormir y mucho soñar- están vacías todas sus calles. Así, y con la condición de presentarnos con deportivos ecológicos, comenzaremos bien temprano la carrera de nuestras vidas, acompáñenme.