El reencuentro de Fernando Alonso con la victoria, unos cinco años después de la más reciente, está tal vez a unas horas de producirse. Si no, a unas semanas, o en el peor de los casos, a algunos meses.
Correr para el mejor equipo del mundial y con un coche ganador, como hace mucho no tiene, es finalmente una realidad. De luchar por marcar algunos puntos, como lo ha hecho en cada gran premio de 2018, pasa a pelear poles, victorias y títulos.
Tras su primera experiencia en la resistencia en las 24 Horas de Daytona, que corrió en enero, Alonso inició un intenso ciclo de preparación junto a Toyota, el único fabricante que continúa apostando por el WEC (Camponato Mundial de Resistencia) en su clase reina, tras la salida de Audi y Porsche en 2016 y 2017 respectivamente, ambas concentrándose en la Fórmula E.
En principio, la marca nipona, que ganó esta serie en 2014, tiene el camino despejado, el reglamento de su lado y dependerá de sí misma. La normativa técnica, a través del concepto de Equivalencia de Tecnología, acercará los otros coches de equipos privados que compiten en la clase tope (LMP1) hacia los Toyota, los únicos híbridos. Pero solo eso, pues no los igualará.
De acuerdo a los más recientes ajustes a las normas, en las Seis Horas de Spa de mañana, los Toyota dispondrán de hasta 19 vueltas entre paradas en boxes, contra 17 giros de sus rivales, es decir, mejor autonomía y el potencial de ahorrarse al menos un repostaje durante las seis horas de carrera. Eso sin ahondar en la superioridad en performance puro. El prototipo Toyota TS050 Hybrid es capaz de generar unos 1.000 caballos de los cuales cerca de la mitad son de impulso eléctrico. Los LMP1 privados, a pesar de ser 45 kilos mas livianos, son netamente inferiores en la relación peso-potencia.
Comparado con el McLaren Renault, el Toyota es mas potente pero 101 kilos más pesado, lo que suma segundos en el cronómetro. Sin embargo, en una demostración el mes pasado Porsche batió la marca de Lewis Hamilton en Spa con el Mercedes, usando un prototipo 919 híbrido, evolucionado fuera de las normas WEC.
Las 24 Horas son la razón por la que Alonso corrió en Daytona y por la cual lo hará en Spa. Tendrá dos oportunidades para conseguir el segundo eslabón de la triple corona y de paso, poner fin al gafe de Toyota en Le Mans, además de optar a sumar un título mundial.
¿Qué se puede interponer? En las carreras, muchos factores, además de la suerte. El tráfico de los coches de las categorías menores, es decir, de los LMP2 como con el que corrió en Daytona, y los autos GT. También la fiabilidad, que ha sido el talón de Aquiles de Toyota. A diferencia de Daytona, en las carreras del WEC no existen reglas que ayuden a recuperar vueltas perdidas con la aparición del coche de seguridad tras un eventual despiste o problema técnico. Y por supuesto está el auto hermano, el Toyota número 7 donde estarán el británico Mike Conway junto al argentino José María López y el japonés ex-F1 Kamui Kobayashi, combinación también muy veloz.
Lo que es un hecho es que en ausencia de grandes marcas rivales en la división principal, la presencia de Fernando Alonso la mitiga, él se convierte en el foco de atención. El español y el éxito de su campaña, en especial en Le Mans, serían la mejor noticia para el Mundial de Resistencia. [PIEPAG]
Tomado de El País