Scott Wade es el iniciador de “Dirty Car Art” o “el arte del auto sucio”, una técnica innovadora que convierte la suciedad de los autos en obras de arte.
A Scoot Wade (1959, EE.UU.) se le conoce como el artista de los coches sucios o el Da Vinci del polvo como lo bautizó un amigo. Él no necesita lienzos, pinturas o galerías para exponer su obra, ni se preocupa por los críticos de arte, aunque ha sido aceptado unánimemente, además del reconocimiento internacional que ha recibido en diversos escenarios como Japón, Canadá, Alemania, Brasil, Corea del Sur, Estambul y México. Es una figura aclamada en festivales, eventos, salones de automóviles o programas de televisión.
El Dirty Car Art de Scott Wade
Wade no tiene predilección por ningún coche en particular, todos le sirven, pero los que más valora son aquellos que por una razón u otra el polvo los cobija, entonces apela al artista que lleva dentro y su rostro se ilumina cuando visualiza la obra que emerge de la suciedad. En ocasiones los ensucia él mismo.
Su técnica es sencilla, sus lienzos son los coches sucios: parabrisas, ventanillas y pinceles convencionales para demostrar sus destrezas; en vez de crear sus obras combinando colores, las crea retirando cuidadosamente el polvo. Tarda de 40 min a 4 h y el resultado es una obra sorprendente, aunque efímera. Pero él disfruta con sus creaciones y juega con las luces y sombras que imprimen profundidad a sus cuadros.
Rostros emblemáticos como Marylin Monroe, Ronaldinho, Einstein, Steve Hawking, el Gordo y el Flaco; paisajes espectaculares, personajes de películas como Frankenstein, Drácula, un hombre lobo, o reproducciones de obras de arte como La Mona Lisa, El nacimiento de Venus, El rapto, Perros jugando al póker, La joven de la perla, por solo citar algunas; hasta familias completas ha delineado a lo largo de un lateral del carro.
Coches y suciedad, un binomio perfecto con un propósito artístico.