El hecho de que Dani Pedrosa (Repsol Honda) ostente, después del GP de Italia en Mugello, el récord de velocidad sobre una MotoGP con 349.3 km/h, no le garantiza nada. Ni una buena temporada, que ya comenzó patas arriba, ni su permanencia en el equipo oficial de Honda. Para mal de males, la participación del barcelonés en el GP de casa, que se correrá el próximo fin de semana en Montmeló, está en veremos después de la caída sufrida en la complicada carrera italiana.
Y es que los del Ala Dorada no pueden darse el lujo de seguir perdiendo campeonatos, una vez que Rossi los dejó por Yamaha. Porque en 2006, cuando ganó Hayden, fue una victoria caída quien sabe de dónde y acuñada con el error de Valentino. Pedrosa era desde esos momentos la carta de triunfo de los de Repsol Honda, no por gusto Nicky se quejó de que la moto de 2007 era una montura preparada para Dani.
Pero al barcelonés le apareció una sombra macabra en su segundo año en la categoría reina, Stoner (Ducati), quien solo le permitió ser segundo. En su tercera temporada, el año del todo o nada, le fue peor. Primero por las envestidas de Lorenzo, debutante con el oficial de Yamaha, y luego por la superioridad demostrada por Stoner y Valentino (Fiat Yamaha), quien se encasquetó la corona.
La única suerte, si se le puede llamar suerte, de Pedrosa este año es el insuficiente rendimiento de Dovizioso, después de subir al team oficial de Honda. El italiano no ha podido subir al podio y eso confirma que el español es mejor. Sin embargo, se oyen rumores de que Repsol está pensando en Lorenzo, máxime cuando este curso termina su contrato con Yamaha y ha demostrado su solidez en la categoría.
No obstante, pienso que para el mallorquín Yamaha es prioridad, pero nunca está de más una segunda opción. Entonces no sé qué es lo mejor para Dani ahora mismo, si ir por todas en Barcelona y despejar dudas, a toda costa y costo, o esperar a recuperarse al ciento por ciento para coger un segundo aire. Está última también representa un gran riesgo, porque como se ven las cosas, regresar después de un receso puede ser demasiado tarde.