De la mano de Fiat, Chrysler volverá a fabricar automóviles, a partir del 29 de junio, con la reapertura de siete plantas de ensamblaje de Norteamérica, en su primera producción a gran escala desde que la empresa confirmó la alianza con el fabricante italiano a principios de mes. La decisión fue dada a conocer un par de días después de que la automotriz reiniciara su quehacer industrial el pasado 15 de junio, en la planta de Conner Avenue, en Detroit, donde se monta el deportivo Dodge Viper.
En tal sentido, la compañía reactivará la producción de los Chrysler 300, Sebring y Town & Country, los Dodge Avenger, Ram, Dakota, Charger, Journey, Challenger y Gran Caravan y los Jeep Wrangler y Wrangler Unlimited en las factorías de Sterling Heights, Warren, St. Louis y Toledo (todas en Estados Unidos), las canadienses de Brampton y Windsor y la mexicana de Toluca. En esta última, contra todo pronóstico, la empresa bajo el control de Sergio Marchionne alargará la vida del Chrysler PT Cruiser un año más, mientras se crean las condiciones para fabricar los Fiat 500 y Panda.
Asimismo, las instalaciones de trenes delanteros y sellados que proveen a esas plantas de ensamblaje también funcionarán nuevamente, aun cuando el refundado Grupo Chrysler ya anunció que volverá a cerrar todas su plantas del 13 al 20 de julio.
Cabe destacar que todo esto viene a ocurrir luego de que Chrysler paralizase por completo su producción en mayo, cuatro días después de declararse en bancarrota ante la imposibilidad de reestructurar el pago de sus deudas, hasta que el 10 de junio Fiat se hizo cargo de la mayoría de sus activos, con lo que el tercer fabricante estadounidense ha retornado a la vida. Valga que ya vuelve a la carga.