
Para nada constituye una casualidad que Peugeot haya estrenado su nuevo modelo 408 en el Salón de Beijing. No, no, no, no. Más bien todo lo contrario: Sumado a la fascinación que hoy despierta el mercado chino sobre la mayoría de los fabricantes automotrices, el constructor galo ha decidido enviarle un nítido guiño al gigante asiático, en el que pretende alcanzar una tasa de penetración del 8% para el año 2016.
No en vano a partir de esta escultural berlina tricuerpo, la marca del león se plantea elevar sus ventas en China en un 30% con respecto al 2009, ejercicio en el que ya registró una cuota del 3,4%, al casi redoblar sus entregas frente al 2008, alcanzando además el listón de las 410 000 matriculaciones durante su primer lustro en esa nación.
De ese modo el nuevo 408 se fabricará en la ciudad de Wuhan para arribar a los concesionarios chinos en abril, con el propósito de comercializar hasta 100 000 unidades anuales, bajo la premisa de sostener la modernidad de la marca y garantizar la máxima seguridad y confort de sus pasajeros, algo para lo cual se basa en la plataforma del 308, pero con una carrocería más amplia, que le posibilita brindar mayor espacio y comodidad interior a sus cinco ocupantes.
Es así que, en su nomenclatura, la cifra 4 está relacionada con las dimensiones (4,68 m) y su posicionamiento en el segmento de las berlinas familiares de gama media-alta, mientras el 0 del centro y el 8 indican la pertenencia a Peugeot y la última generación del vehículo.
De ahí que ofrezca un equipamiento de lo más completo con ABS+EDB, diversos airbags, aire acondicionado y muchos de los elementos que tenemos presentes opcionalmente en el 308 europeo como los faros bi-xenon con función de iluminación en curva, los sensores de aparcamiento y el navegador. Y eso, mientras se estima que también se produzca en Latinoamérica para sustituir al 407 a finales de año, con un precio oscilante entre los 12 000 y 17 000 euros. Esperemos.