
Ya era hora. El primer productor de automóviles de América Latina y segundo de todo el continente está decidido a insertar un modelo nacional en el mundo de los superdeportivos. Así, en el pasado Salón del Automóvil de Sao Paulo, celebrado entre octubre y noviembre de 2010, fue presentado el Rossin-Bertin Vorax. Son líneas de diseño propias, pero no faltará quien vea en él detalles de un Mazda Shinari, Nissan Juke, Lamborghini o Ferrari. Pero a estas alturas, original ni el pecado.
El propulsor, de origen BMW, es un V10 de 5.0 litros de desplazamiento, doble árbol de levas en cabeza (DOHC) y cuatro válvulas por cilindro (40 en total). Estará disponible en dos versiones, una de 525 CV y la más potente que genera 750 CV, un aumento de poder logrado al instalarle dos turbocompresores.
Transmite al tren trasero por medio de una caja secuencial SMG3 de siete velocidades. Esta transmisión de doble embrague, se puede gobernar desde la palanca de cambios o con las levas situadas tras el volante. Con la propulsión atmosférica acelera de 0 a 100 km/h en 3.8 segundos y alcanza 330 km/h. Pero si usted es más exigente, con el motor sobrealimentado acelera de 0 a 100 km/h en 3.6 segundos, con un tope de 372 km/h.
Con chasis de fibra de carbono y aluminio, el bólido brasileño no sobrepasa los 1 300 kg. Entonces, la relación peso/potencia con la unidad más poderosa es de 1.73 kg por cada caballo de fuerza. Se espera que esté disponible a finales de 2011 o principios de 2012, a un precio que supera con facilidad el cuarto de millón de dólares. En principio, la producción será de 300 unidades, luego se producirán unos 60 bólidos anuales.