
BMW quiere aumentar la producción de su filial MINI en Gran Bretaña y con ese objetivo invertirá allí 250 millones de libras (315 millones de euros) durante los próximos tres años en las plantas que el fabricante alemán tiene en las localidades inglesas de Oxford, Birmingham y Swindon, así como su factoría de motores en Hams Hall. Esa suma se añadiría a los 500 millones de libras (630 millones de euros) que la compañía anunció en junio para convertir a la nación de los Beetles en ”una base de producción importante“ de los MINI en su ”estrategia de crecimiento internacional“, como esbozó el miembro de su junta directiva Harald Krueger.
Desde el 2001, MINI ha producido más de dos millones de vehículos en la planta de Cowley, en Oxford, que según BMW seguirá siendo ”el hogar y el corazón“ de este modelo, fabricado por primera vez en Gran Bretaña hacia 1959 y que durante los años 60 devino un verdadero ícono.
”En la última década, MINI se ha convertido en un éxito global único y el grupo BMW tiene grandes planes para el desarrollo futuro de la marca“, afirmó Krueger y en esa dirección hay que añadir que hacia enero el consorcio bávaro lanzó ya el modelo MINI Roadster, una versión convertible del MINI Coupe, el primer biplaza de esta gama. En tanto, estudia igualmente la posible apertura ”a medio plazo“ de otra planta de producción en Holanda, para lo cual habría entablado negociaciones con la subsidiaria de Mitsubishi, Nedcar, para emplear sus instalaciones de Born (ubicada al norte), que a partir de 2013 poseerán capacidad de sobra luego de que la corporación nipona decidiera abandonar la producción de su modelo Colt a causa de la crisis.