
En la historia del automóvil han existido autos que, sin ser soberbios o exóticos, han dejado una estela de buenos recuerdos tras de sí. Han sido los ”soldados desconocidos“ que han mantenido la industria viva y que luego jamás aparecen en las selectas listas ”top 10“, hoy tan de moda en esta era digitalizada. Por eso, con frecuencia dedicamos este espacio a esos ”No Clásicos“ y hoy lo haremos al reseñar el Metro, un automóvil compacto producido por la división Austin Rover Group, de British Leyland, y sus sucesores. Veamos.
En verdad este modelo se lanzó como Austin Mini Metro, o Mini Metro, en el año 1980, como sustituto del Mini. Fue un producto de MG, había sido desarrollado bajo el código interno LC8, y su posición en el mercado resultó siempre bastante incierta, llevando varios nombres, durante sus 18 años de vida: Austin Metro, MG Metro y Rover Metro. Por si todo ello fuera poco, aún en 1994 fue rebautizado como Rover 100, pero siempre se trató del mismo modelo.
Su carrocería era modesta, sin pretensiones estilistas e, incluso, algo insípida. Sus líneas rectas y duras, junto a un frontis típico de la época se salvaban apenas, por los laterales que conferían al conjunto cierta singularidad inexistente en otros modelos de entonces. Para su movilidad empleaba un motor delantero, colocado transversalmente –existían dos opciones uno de 998 cc y otro de 1.275 – acoplado a una caja de velocidades mecánica, de cuatro velocidades y con tracción delantera.
La vida de este modelo se extendió incluso después de su anunciado relevo, pues aunque el nuevo Rover 200, presentado en 1995 y más pequeño que los anteriores 200, fue diseñado como sustituto del Metro, no fue puesto a la venta después de su lanzamiento. Su sustituto real no llegó hasta 2004, con el Rover CityRover . El Rover 100 fue finalmente dejado de fabricar en 1998.