Francia y Alemania rompieron una lanza a favor de la industria automotriz, toda vez que el presidente galo, Nicolás Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, confirmaron la voluntad de ambos países de ”ayudar a la industria europea, principalmente a la del automóvil“.
Sarkozy y Merkel quieren ”conservar y defender“ las industrias en el Viejo Continente, no ”poniendo barreras proteccionistas“ sino dentro de la libre competencia y sirviéndose de la ”innovación, la investigación y la tecnología“, declaró el jefe del Estado francés en una rueda de prensa conjunta que precedió al Consejo de Ministros franco-alemán.
Sarkozy aseguró que una ”economía moderna“ no se sostiene exclusivamente en ”finanzas y servicios“ y mencionó la posibilidad de utilizar ”medidas fiscales“ para relanzar el sector. Según él, Europa no se puede encontrar ”en una situación con un régimen de ayudas de Estado que nos imponga no ayudar a nuestros fabricantes de automóviles europeos y, al mismo tiempo, ponerles obligaciones suplementarias para fabricar vehículos limpios“, mientras Estados Unidos lanza un plan de apoyo de 25 000 millones de dólares para tres gigantes de la industria.
Sarkozy anunció el pasado mes de octubre un proyecto gubernamental de 400 millones de euros en los cuatro próximos años destinado al desarrollo de ”vehículos limpios“ y le pidió a la Comisión Europea una revisión de las reglas sobre las ayudas estatales a los fabricantes.