
El hecho de que Mercedes-Benz provea con sus deportivos a la categoría reina del automovilismo desde 1996, como Safety Car, es el camino para que el nuevo Alas de Gaviota (SLS AMG) se convierta en el actual coche de seguridad en la F1. Así, la corta pero intensa vida del Mercedes-Benz SLS AMG da su tercer golpe de impacto después de sorprender en la pasada exposición de Frankfort y en el último salón del automóvil de 2009 en los Emiratos Árabes Unidos.
De este bello ejemplar salido de la casa Daimler ya hemos dicho mucho no solo en esta sección de Alta velocidad, sino también en la edición impresa No. 23 en el espacio Para soñar. Sin embargo, la decisión de que este modelo se convirtiera en el nuevo Safety Car de la máxima categoría no podía pasar por alto en Excelencias del Motor.
De cualquier manera, hay diferencias importantes entre el nuevo auto de seguridad y la versión de calle del SLS AMG. Los más visibles son: las luces estroboscópicas colocadas en el techo (con líneas aerodinámicas y tecnología LED), la matrícula (reemplazada por 700 LED verdes que alumbran la palabra Safety Car. En el interior se sustituyó el equipo de sonido por una pantalla LCD para ver, en tiempo real, las banderas del circuito y lo que hacen los pilotos en sus monoplazas. Tiene, además, un segundo retrovisor interior (cámara de visión trasera) y un sistema de radio que lo comunica con la dirección de carrera.
Los asientos deportivos son los opcionales de AMG, con cinturones de cuatro puntos. El motor es el mismo que el de la versión de serie, no hace falta otro, ya que sus ocho cilindros en V y los 6.2 litros de desplazamiento generan una potencia de 571 CV que conectado a una caja de cambios de siete velocidades y doble embrague hacen que el Mercedes-Benz SLS AMG acelere de 0 a 100 km/h en 3.7 segundos y juegue a velocidades por encima de los 300 km/h.