Después de todo, la cosa funcionó. El auto más barato del mundo, el Nano de Tata Motors, conmocionó al mercado indio y la compañía con sede en Mumbai recibió la apoteósica cifra de 203 000 pedidos en menos de un mes, duplicando lo previsto con un monto de casi 25 000 millones de rupias (501 millones de dólares). Mejor suerte no se podía exigir.
De hecho, el fabricante de camiones dueño de Jaguar y Land Rover deberá sortear las primeras 100 000 unidades entre los compradores, quedando con un retraso de producción de al menos un año, pues las entregas disponibles a partir de julio próximo no dan abasto con la demanda y se espera se completen en el último trimestre de 2010, según informó la propia empresa.
Aunque el Nano está dirigido al segmento más austero de la población, el 80% de las ventas correspondieron a la versión más equipada del vehículo, cuyo modelo básico se vende por solo 2 050 dólares.
Presentado en el Salón de Nueva Delhi como el ”auto del pueblo“, el Nano es un vehículo pequeño de cuatro puertas con un motor trasero de 600cc y 30 CV de potencia que puede alcanzar los 105 km/h consumiendo tan solo 5 l/100 km. De momento, se fabrica solo en la planta de Pantnagar, cuya capacidad de producción alcanza apenas las 60 000 unidades anuales, una cifra que debe crecer a 350 000 con la puesta en marcha a finales del 2009 de la factoría en Sanand, al oeste del país.
Allende los mares, Tata Motors ha exhibido en el Salón de Barcelona la versión europea de su modelo ”ultrabarato“, al que ha hecho acompañar de otras novedades en su gama de vehículos eléctricos, como el Indica y el Tata ACE, además del Índigo GLP, un prototipo equipado con un propulsor de 1.4 litros que puede emplear indistintamente gasolina y gas licuado.