
Es uno de los récords que más ha cambiado de manos en los últimos tiempos. Desde que el Seat León Cupra lograra batirlo esta primavera, todos compactos deportivos desean a reinar en el Infierno Verde pero sólo uno, el Renault Mégane y gracias a su edición limitada 275 Trophy-R lo había conseguido hasta ahora.
Sin embargo, entre todos ellos se ha colado este pequeño y malévolo Mini John Cooper Works preparado por el especialista Schirra Motoring, que ha conseguido humillar a modelos de mayor peso y entidad. Lo ha hecho gracias a diferentes elementos importados de la competición, como su kit aerodinámico. Este Mini no sólo cuenta con los habituales faldones, tomas de aire, spoiler trasero, equipa hasta unos retrovisores finos y diminutos. Estos aparte de ofrecer menor resistencia al aire, también han contribuido a rebajar el peso, lo mismo que las ventanillas de policarbonato y otros elementos del interior, debidamente vaciado para la ocasión.
En este Mini JCW GTS también apreciamos unas llantas forjadas, neumáticos semi slicks Dunlop Direzza 03 y un equipo de frenos de competición. Pero si a todas estas ayudas extra le sumamos un incremento de potencia en el motor 1.6 Turbo de 59 caballos, tenemos como resultado un coche con 290 caballos y un peso total de 1.005 kilos o lo que es lo mismo, una bomba de relojería.
Por si todo este fuera poco, los técnicos también modificaron la suspensión, añadiendo muelles y amortiguadores de KW y dotaron al eje delantero de un autoblocante mecánico firmado por Drexler. El resultado final, un crono de 7 minutos y 44 segundos, es decir, 10 segundos más rápido que el récord oficial del Renault Mégane 275 Trophy-R y exactamente el mismo tiempo del Pagani Zonda S de serie. A continuación, las imágenes que lo demuestran.