Ferruccio Lamborghini, hijo de padres agricultores, siempre estuvo interesado en la mecánica. Después de la Segunda Guerra Mundial, donde participó dando mantenimiento al parque automotriz de su regimiento, compró vehículos bélicos con la idea de convertirlos en tractores. Apoyado de su tremendo éxito, en la construcción de máquinas agrícolas, fabricó (a partir de 1963) los ultra famosos autos deportivos Lamborghini.
Cuenta la historia, que con el dinero ganado en la venta de tractores, Ferruccio compró varios Ferrari. Pero no funcionaron como él esperaba. En su disgusto, llamó a Enzo Ferrari para quejarse y este ofendido le dijo: ”Un fabricante de tractores no sabe nada de coches“. Para demostrarle a Ferrari que él era un entendido en la materia, Ferruccio Lamborghini se empeñó en construir un auto que pudiera superar a los míticos Ferrari. Así, en 1963 nació su primera creación, el Lamborghini 350 GTV.
La línea de diseño de Ferruccio se vio influenciada por los coches de Maranello, pero sus modelos siempre tuvieron un toque personal: exageradas curvas aerodinámicas y extraordinaria potencia. No creó grandes tandas de coches. Su estilo de producción era lazar, en cortos periodos, nuevas versiones de los modelos creados. Así, los perfeccionaba y fabricaba nuevos autos constantemente. La empresa de Lamborghini floreció entre los años 1963 y 1972.
En 1972 llegó la crisis y decide vender el 51 % de las acciones de la fábrica a George-Henri Rossetti, el segundo propietario de la marca. Más tarde, vende el 49 % restante a René Leimer, amigo de Rossetti. Esta pareja de inexpertos en el mundo automotor, llevó a la quiebra la firma.
El Grupo Volkswagen adquiere la marca en 1998. A partir de ese momento comienza la nueva era de Lamborghini, que impactó a los fanáticos, en 2002, con el modelo Murciélago, un verdadero deportivo fuera de serie. Pero lamentablemente Ferruccio no disfrutó ese éxito, ya que falleció el 20 de febrero de 1993.
Frank Sinatra popularizó una frase sobre Lamborghini en la década del 60, muy recordada por los fieles a la marca: ”Ud. maneja un Ferrari cuando quiere ser alguien, Ud. maneja un Lamborghini cuando ya es alguien.“