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El conocido tuneador Gemballa, quien le ha sacado el extra a infinidad de Porsche, ha decidido hacer lo propio con Ferrari. Y para que fuera bien resonada su faena le echó manos a un Enzo, que de serie ya viene sobregirado, y lo ha puesto a volar. Como es natural, ya hay varios interesados en su obra. Pero Gemballa solo tiene previsto producir veinticinco unidades y todas con un grado de personalización absoluto.
La carrocería se compone de fibra de carbono, lo que reduce considerablemente el peso. Además, destacan en sus nuevas líneas las tomas de aire y novedosos detalles exteriores (todos en fibra de carbono), los que influyen directamente en el rendimiento de este espectacular súper deportivo.
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Lo mueve una impresionante máquina de doce cilindros en V, 6.0 litros de desplazamiento, doble árbol de levas en cabeza (DOHC) y cuatro válvulas por cilindro (48 en total). Los toques al motor han elevado la potencia hasta los 700 CV. La transmisión, dirigida al tren trasero, se realiza a través de una caja de cambios secuencial, tipo F1, de seis marchas. Y aunque no hay referencia de la velocidad máxima que alcanza, de seguro sobrepasa con facilidad los 300 km/h.
La suspensión es independiente en ambos ejes, con ajustes electrohidráulicos de la altura (HLS). Aunque es controlada por el conductor, igualmente funciona de manera automática cuando el coche supera los 80 km/h. En el habitáculo destacan los colores rojo y negro sobresaliendo el potente equipo de sonido con pantalla táctil, conexión para iPod y navegador satelital. ¿Qué más se le puede pedir a un bólido de esta talla?