
Tata Motors remonta el vuelo gracias a Jaguar Land Rover. O al menos así se deduce de las cifras dadas a conocer por el consorcio automovilístico indio, que cerró los primeros nueve meses del año fiscal 2013-2014 (de abril a diciembre de 2013) con un beneficio neto de 100 730 millones de rupias (1 183 millones de euros), lo que supone un alza del 69,3% respecto al mismo período del año anterior.
Y todo, o casi todo, gracias a la aportación a sus resultados de su filial británica Jaguar Land Rover, que incrementó en más de un 70% sus ganancias netas durante ese lapso hasta frisar los 1 430 millones
de libras (1 722 millones de euros).
No en vano, a lo largo de 2013, Jaguar (conocido por sus lujosas berlinas y modelos deportivos) y Land Rover (concentrado sobre todo en el segmento de los todoterrenos) vendieron 309 535 vehículos en
todo el mundo, para registrar un incremento del 19,4% a los datos del año anterior.
Así pues, no es fortuito entonces que Jaguar saque a la palestra un 'felino' tan radical como el F-Type R Coupe, amparado en los 550 caballos del V8 más potente de la firma para acelerar de cero a cien
en 4.2 segundos con una velocidad punta de 300 km/h. O que apueste igualmente por el downsizing con un F-Type de 4 cilindros de la familia Hotfire, que está ahora mismo en su fase inicial de desarrollo
y podría aterrizar en el Salón de Frankfurt de 2015.
Mientras, Land Rover ya ha anunciado oficialmente que sacará al ruedo el próximo año una nueva generación del Defender, que plasmará una verdadera revolución desde el techo hasta las llantas, con cambios de
diseño, mecánicas más eficientes y un chasis más ligero y aerodinámico.
Hoy por hoy, del actual Defender se venden unas 20 000 unidades al año, cifras que Land Rover quiere incrementar drásticamente para que histórico modelo resulte rentable. Su intención, por tanto, es llegar
a las 100 000 entregas anuales. Y viendo el éxito que está teniendo el Range Rover Evoque, a fe que lo logra.