
Quizás era solo una cuestión de tiempo, pero la automotriz japonesa Mazda ha extendido finalmente su producción a América, con la inauguración oficial de su nueva planta en la ciudad mexicana de Salamanca (en el central estado de Guanajuato), tras una inversión de 770 millones de dólares.
La armadora, de hecho, ya comenzó a ensamblar allí el Mazda 3, al que se sumará el Mazda 2 a mediados de 2014, cuando la planta operará con dos turnos laborales para exportar el 80% de su producción a los
mercados de Norte, Centro, Sudamérica y algunos enclaves de Europa, con una capacidad total de 230 mil unidades anuales. Un volumen que contempla asismismo las 50 mil unidades del modelo subcompacto que
Mazda producirá del coloso japonés Toyota.
De ese modo, la factoría debe generar 4 600 empleos directos en los próximos dos años, lapso en el que iniciará el maquinado de los motores tetracilíndricos de 2.0 litros que montará el Mazda 3, así como las transmisiones para dichos vehículos.
Como apreció el presidente del Consejo de Administración de Mazda, Takashi Yamanushi, esta operación es muy importante para la compañía en el proceso de reorientación de la empresa a nivel mundial, por lo
que deberá ser el orgullo y la punta de lanza de la firma, con la más alta tecnología.
Con el centro de Salamanca, Mazda posee ahora cinco plantas en todo el mundo, sumada a las dos que se ubican en Japón, y su otro par en Tailandia y China, aunque se trate de su primera instalación productiva fuera de Asia, en alianza con el grupo Sumitomo, responsable de la distribución de sus modelos en México desde su desembarco comercial allí en 2005.