Cuando la crisis golpea y Norteamérica no es ya más la tierra prometida de las compañías automotrices, Volkswagen voltea hacia el Lejano Oriente, a China, donde invertirá casi 2 000 millones de euros (2 542 millones de dólares) para duplicar sus ventas y lanzar al menos cuatro modelos nuevos hasta el 2018.
En tal sentido, el grupo alemán, el fabricante extranjero con mayor presencia en el gigante asiático, prevé multiplicar por dos su número de concesionarios para incrementar sus ventas en las ciudades de menor tamaño de todo el país, aprovechando que el Gobierno chino anunció en enero pasado un plan de impulso al sector del motor, entre cuyas medidas se pretende reactivar el consumo gracias a la concesión de subsidios a la compra, en zonas rurales, de vehículos con motores pequeños (de hasta 1,3 litros ) entre el 1 de marzo y el 31 de diciembre.
Asociado con dos de los principales productores nacionales, la Corporación Industrial del Automóvil de Shanghai (SAIC) y el grupo First Automotive Works (FAW), la multinacional germana lanzará en China nuevos vehículos de sus marcas Audi, Volkswagen y Skoda, para seguir incrementado sus cifras de ventas, tras haber superado el año pasado el millón de matriculaciones.
Desde que se estableció en Shanghai, junto a SAIC, en 1984, Volkswagen ha vendido más de 7,3 millones de vehículos en China, y hasta la fecha ha invertido en el mercado chino unos 6 800 millones de euros (8.600 millones de dólares). Hasta ahora la compañía vende en China 44 modelos, 26 de los cuales están fabricados en el país junto a sus socios SAIC y FAW.