
Tal vez podía preverse como una consecuencia lógica de su adquisición por parte del conglomerado Geely hace unos meses, pero seguramente casi nadie pensó que Volvo fuera a obtener tan buenos dividendos en China en tan corto plazo. Y es que el gigante asiático se ha convertido en el tercer principal mercado de la casa sueca, que ahora proyecta lanzar allí varios modelos nuevos en lo que resta del año.
No en balde, como apreció el ejecutivo Alexander Klose, hasta finales de septiembre el volumen de ventas de Volvo a nivel mundial experimentó un alza interanual del 12,5 %, frente al 52 % registrado en China, donde ha realizado una agresiva expansión de su red distribuidora, con concesionarios 98 en 81 ciudades de todo el país.
Precisamente ese ”tremendo crecimiento“ ha influido en que el fabricante escandinavo haya retornado a la zona de ganancias durante el tercer trimestre del año, con un beneficio neto de 312 millones de euros, cuando en el mismo período del año anterior había sufrido pérdidas por un monto similar, según informó la empresa desde su sede en Gotemburgo.
De ahí que tampoco es fortuito que la firma automotriz proyecte levantar una nueva factoría en la ciudad de Chengdu, como informó la agencia Xinhua, para elevar su presencia en el gigante asiático.
La nueva planta ayudaría a mejorar además la economía del oeste chino, menos desarrollado que la costa oriental, y en particular la provincia suroccidental de Sichuan, que en 2008 se viera azotada por un grave terremoto que causó casi 100 000 muertos. Pero ello, por supuesto, ya se verá…