Justo como lo viene haciendo McLaren desde hace algún tiempo, el equipo Williams decidió incursionar fuera del mundo de la Fórmula 1 y tras forjar una alianza con el prestigioso fabricante Jaguar, del grupo indio Tata, se ha puesto manos a la obra para desarrollar un ”superauto“ híbrido: el C-X75, en cuya producción volcará su experiencia en apartados como la aerodinámica y los compuestos de carbono.
No en balde el patrón de la escudería, Sir Frank, anunció al respecto que esta nueva asociación con Jaguar Land Rover "nos brinda la emocionante oportunidad de trabajar con una de las marcas más famosas y representativas del mundo“, para remachar al punto que dicho proyecto les permitirá ”combinar nuestra experiencia técnica en aras de crear algo verdaderamente excepcional“.
Y excepcional será, sin duda, el C-X75, pues se trata de la evolución comercial del prototipo presentado por Jaguar en el Salón de París hace un año y en principio solo saldrán al mercado 250 unidades. De ahí que la 
exclusividad está más que garantizada, aunque habrá que rascarse el bolsillo hasta la friolera de 789 000 euros. Casi un millón de dólares.
Claro que sus prestaciones así lo ameritan, toda vez que este novedoso supercoche, propulsado por un motor naftero y dos eléctricos, podrá acelerar de 0 a 100 km/h en menos de tres segundos, con una velocidad tope superior a los 320 km/h, a la par que exprime sus emisiones de CO2 por debajo de los 99 g/km, gracias a la ligereza de su construcción y una tecnología del grupo motriz fuera de serie.
Al fin y al cabo, como destacó el consejero delegado de Tata Motors, Carl Peter Forster, Jaguar nunca se había embarcado en un programa tan ambicioso. ”Este es el Jaguar del futuro. Es parte de las razones por las que Tata decidió invertir en Jaguar“, sentenció.