Pues muchos podrían no saber de su existencia. Para ellos, bastará conocer que ARO –por la contracción de Auto Romania– fue un fabricante de vehículos todoterreno rumano situado en Câmpulung-Muscel, entre 1957 y 2003. Claro que no tiene nada que ver un Auto Clásico, pero la nostalgia puede hacer milagros y permitir la indulgencia en beneficio del recuerdo. Veamos la historia.
Por años, muchos, renegamos de su presencia tildándolos de cacharros. Ciertamente, hacían sufrir, pero no caíamos en la cuenta de que los años pasaban y aún seguían con nosotros. Su recuerdo persiste, como uno de los vehículos ”más cuadrados“ que jamás conocí: cuando decía hasta aquí, era hasta aquí. En Cuba tuvimos la versión diésel del ARO 24, equipada con motores de origen ARO –aunque también estaban disponibles máquinas Andoria, Toyota, Peugeot o VM– más problemáticos.
La primera generación del ARO 24, producida entre 1972 y 1976, disponía de las luces delanteras del Dacia 1300 y las luces traseras eran similares a las usadas en el ARO M-461. Esta sería la primera versión de la serie, el cual incluiría después muchas versiones: el 244 de cuatro puertas, el 242 pick-up, el 243 de tres puertas, y el 320 tipo pick-up. También variaron mucho los acabados interiores.
Este modelo ha sido equipado con muchos y diferentes motores y estilos de carrocería sobre el mismo chasis, tanto a gasolina como diésel; en donde una cabina, bastante cuadrada, está empotrada en un chasis que procede del UAZ bajo licencia que ya fabricaba Rumania.
Para 1977, las luces delanteras fueron redondas y las traseras nuevos diseños, hechos específicamente para este modelo. En 1985, una nueva parrilla frontal, junto a nuevas y más reducidas luces frontales introducidas en dicha generación, actualizarían la fascia de esta dura camioneta. Al mismo tiempo, estuvo disponible un conjunto de doble faros delanteros, la que resultó siendo la principal distinción del ARO 244.
La serie ARO-24 era fabricada en las instalaciones de Câmpulung, Rumania, entre los años 1976 y 2003. Luego llegó la quiebra de su ensamblador en Colombia, ARO-Corcel, y el intento frustrado en Brasil para retomar su producción. Eso nos deja con un panorama desolador, pues apenas se avistan unidades en explotación hoy día.