El Papa es la máxima autoridad de la Iglesia Católica, una personalidad que tiene un buen número de visitas y eventos al año. Tradicionalmente se ha ido moviendo en vehículos de diversas índoles, que se han bautizado cariñosamente como Papamóvil.
Lo cierto es que hemos visto desde un SEAT Panda hasta un Dacia Duster, pasando por un Toyota Mirai de hidrógeno. Aunque probablemente el más recordado y capaz haya sido el Mercedes Clase G. Sin embargo, los tiempos cambian y hay que adaptarse a ellos.
La última generación del Clase G ha estrenado una variante que rompe con la anterior. Se trata del primer eléctrico en la historia de esta familia y recibe el nombre de Mercedes G 580 EQ, y que mantiene las capacidades offroad y sorprende por una serie de aspectos.
También se convierte en el último Papamóvil con una creación única que estará listaopara el Jubileo de 2025, un evento clave para el cristianismo. Aunque más interesante son las peculiaridades de este ejemplar.
El Papa Francisco se moverá en este Clase G eléctrico cuyo desarrollo ha durado aproximadamente un año y ha involucrado a especialistas de diferentes lugares. Por la parte delantera es prácticamente igual que el modelo de serie, pero a partir del pilar B se ha quitado el techo y se ha rediseñado su lateral para dejar al pontífice a la vista.
Se ha quitado la banqueta corrida e instalado en su lugar un asiento individual situado en el centro y regulable en altura. Es giratorio y va acompañado por otros dos asientos situados a ambos lados por detrás. También se ha diseñado una cubierta rígida para la lluvia y se ha eliminado la puerta trasera izquierda. El acceso se puede hacer desde la parte trasera, ya que se ha eliminado la parte del maletero.
Se trata de un nuevo Papamóvil para sumar a la larga lista de los aportados por Mercedes en el último siglo. Todo comenzó con un Nürburg 460 Pullman Saloon para el Papa Pío XI de 1930, aunque continuaría con modelos de gran tradición como el 300 Landaulet de batalla extendida que llevó a Juan XXIII en la década de los 60 o los 600 Pullman Landaulet y 300 SEL Landaulet de Pablo VI. Más adelante, Juan Pablo II utilizó varios Clase G modificados, algo que también aprovecharon Benedicto XVI y Francisco hasta la fecha actual.