
La mayoría de coches modernos emplean frenos de disco: un rotor unido a un eje con una pinza con pastillas de freno fijadas al brazo de control en cada rueda. El conductor presiona el pedal del freno y el fluido hidráulico se empuja, llega a la pinza, empujando las pastillas de freno contra el rotor, ralentizando la rotación de este que está conectado al eje, y por tanto, ralentizando la rueda.
Hay otros sistemas, como los frenos de tambor, frenos de aire… pero el concepto casi siempre sigue siendo el mismo: usar la fricción para reducir la velocidad.
Ahora Mercedes quiere cambiar esa dinámica tradicional. El departamento de investigación y desarrollo de la empresa en Sindelfingen, Alemania, integra los frenos directamente en el tren de transmisión, en una disposición que funciona de forma muy similar a un freno de transmisión. Se parece a los discos de embrague, pero con un toque único.
No hay pinzas, en su lugar, una pastilla de freno circular se conecta directamente al eje de salida del motor eléctrico, que se presiona contra un anillo estacionario refrigerado por agua, todo ello en un sistema cerrado.
Según reseña la propia marca, el sistema de frenos en la transmisión no debería requerir mantenimiento durante la vida útil del vehículo, lo que podría ahorrar al propietario una buena cantidad de dinero en reparaciones y cambio de frenos. Incluso el polvo de los frenos se recoge en un pequeño compartimento interior, que no necesitará vaciarse.

Y es que, el polvo de los frenos contribuye a la contaminación, sobre todo en áreas urbanas donde los arranques y paradas son continuas. Los motores de los coches eléctricos actúan como un freno al soltar el acelerador, ya que pueden regenerar electricidad en las baterías, reduciendo la velocidad en el proceso, incluso hasta casi detenerlo por completo (conducción one-pedal). Sin embargo, todavía se necesita un sistema de frenos real.
Este sistema de frenado incorporado reubica todos los elementos necesarios para «desacelerar» lejos de las ruedas. De ahí que el peso no suspendido (peso que no es soportado por el chasis, y que se mueve con las ruedas, creando fuerzas giroscópicas) se reduce significativamente.
Como consecuencia el vehículo se puede manejar mejor y mejora la conducción, y además las ruedas podrían hacerse más eficientes aerodinámicamente, sin las limitaciones de los rotores y pinzas.
Desde luego, un sistema de frenos que no requiere reparaciones ahorrará tiempo de inactividad y dinero a los propietarios. Si además reduce materiales y cuenta con ese diseño de sellado, tendrán un menor impacto en el planeta.
Solo el tiempo dirá si los frenos en la transmisión de Mercedes se conviertan en un nuevo estándar o se reduce a un mejora para los compradores de vehículos eléctricos.
