El clima actual en el Caribe, conlleva al español Álvaro de Marichalar a recalar con su moto acuática Numancia en Varadero en medio de situaciones de riesgo. En su bitácora de viaje nos cuenta, en exclusiva, los detalles del trayecto Cayo Guillermo a Matanzas bordeando la costa norte cubana.
La vuelta al mundo del español Álvaro de Marichalar en su moto acuática Numancia incluye en estos días el tramo del Mar Caribe con el trayecto por la costa norte de Cuba. Pero el actual clima de frente fríos en esta geografía le han impedido avanzar en estos días.
El navegante pretendió arribar a La Habana procedente de Cayo Guillermo antes de la llegada del más reciente Frente Frío a la región occidental de Cuba, pero el cambio de las variables metoerológicas lo alcanzaron a la altura de las costas de Matanzas y se vio obligado a recalar en Varadero, en medio de varias situaciones de riesgo. Entérese aquí, en esta crónica que nos comparte Álvaro de Marichalar en exclusiva.
Numancia World Tour: bitácora de viaje, Varadero, Cuba, sábado 7 de marzo de 2020.
Durante la singladura de ayer viernes 6 de marzo, viví varias situaciones de muy alto riesgo debido a tres paradas de motor que sufrió mi diminuta embarcación causadas por un poco de agua que tenía la gasolina que reposté el jueves en Guardalavaca y ayer en Cayo Guillermo.
Gracias a Dios pude arrancar y seguir adelante las tres veces. La clave fue verter en el depósito de combustible un aditivo que llevo abordo para disolver el agua que a veces tiene el combustible.
El agua que había era mínima y puede deberse a condensación en los depósitos, pero las consecuencias de un poquito de agua en la gasolina pueden ser fatales en un motor tan sofisticado, pero también tan frágil como el que propulsa mi pequeña nave "NUMANCIA".
Fabricado en Austria, el propulsor ROTAX lo aguanta casi todo siempre que se mantenga correctamente y el combustible sea de la calidad para la que ha sido creado.
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Anocheciendo y mientras navegaba a gran distancia de la costa para evitar chocar contra bajos y arrecifes, sufrí la tercera parada de motor quedándome a la deriva muy cerca de un enorme arrecife al que me empujaba directamente y muy rápido la fatal combinación de corriente mar y viento...
Guardando la calma y rezando al Creador intenté arrancar mientras permanecía a merced del gélido y tremendo viento y las enormes olas que chocaban muy violentamente contra las cada vez más cercanas rocas que formaban el arrecife al que me empujaban, mientras podía ver cómo aparecían y desaparecían envueltas en un colosal volumen de agua que variaba a enorme velocidad en función del ritmo que imponían las brutales montañas acuáticas mientras chocaban sin piedad contra las inmensas piedras semihundidas que cada vez que bajaba la mar dejaban ver toda su sólida y contundente magnitud pétrea de afiladas aristas y amenazador dibujo...
Gracias a Dios pude arrancar in extremis evitando lo peor.
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Ya de noche cerrada y cuando llevaba 170 millas recorridas, se rompió el plotter de mi GPS dejándome ciego.... Evitar chocar contra los cayos y arrecifes o encallar en los bancos de arena o coral quedaba en manos de la intuición marinera acumulada en los años que llevo en la mar, así como en la suerte y el destino. .
De milagro logré encontrar un paso en el laberinto y navegar hacia unas luces que parecían un barco. Al llegar una hora después se trataba de una instalación militar construida al borde del agua en un pequeño islote. Alarmados, salieron varios soldados que entre el estruendo del viento mezclado con el rugir de la mar pudieron amablemebte indicarme el rumbo hacia Varadero que parecía vislumbrarse en la lejanía.
De milagro llegué a un pesquero cuyos tripulantes me dieron las claves para no chocar contra los enormes hierros de una antigua plataforma petrolera que era imposible ver con la mínima visibilidad que había por estar la otras veces fiel Luna, ahora escondida tras una infinidad de nubes oscuras, frías, densas y amenazadoramente opacas.
Las indicaciones de los pescadores me salvaron, pudiendo finalmente arribar aterido de frío al puerto de Varadero donde me atendieron con la comprensión, respeto y cariño que me regalan a cada paso y en cada puerto de recalada desde que zarpé de Sevilla, España el pasado día 10 de agosto.... Un cariño y respeto al navegante que en Cuba es muy especial como especial es esta hermana, preciosa, bendita y amada Patria cubana.
