Matías Pérez no fue el primero, los aeronautas comenzaron a volar en globo a finales del siglo XVIII. A mitad del XIX, la ascensión de globos en La Habana era acontecimiento disfrutado por los capitalinos, la cual daba fama y dinero a los intrépidos pilotos que se atrevían a subir al cielo con sus rudimentarios artefactos.
Hace poco les conté aquí mismo sobre los globos en La Habana: el primero sin pasajero, luego con aeronautas a bordo, empezando por un francés, una mujer norteamericana y el primer cubano. Hoy les traigo al más famoso de todos, el portugués Matías Pérez, quien conmovió la ciudad con su hazaña y acuñó la frase voló como Matías Pérez.
Matías Pérez era un exmarino portugués especialista en fabricar velas para barcos y, además, sastre. En La Habana optó por la profesión de “toldero” (el oficio de fabricar toldos). Lo conocían en la ciudad aún antes de subir a un globo, pues lo llamaban “El Rey de los Toldos” y dicen que era hombre progresista, muy osado y valiente.
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En La Habana de mitad del siglo XIX, los toldos eran uno de los elementos que distinguían a la ciudad, los cuales con sus formas, múltiples colores y anuncios de los comercios, daban sombra a los transeúntes y alegraban la vida citadina. Por lo que el oficio de “toldero” significaba un trabajo muy remunerativo e importante.
Pero Matías Pérez soñaba con volar, alcanzar el cielo en uno de esos globos aerostáticos. Y para ello estudiaba incansablemente temas aeronáuticos, de todo lo publicado y tratado, incluidos los de Leonardo da Vinci. Su deseo de aprender lo llevó a ser asistente del francés Eugenio Godard, aeronauta galo que por esa época era famoso en La Habana.
Matías Pérez fue ayudante de Godard en tres de sus ascensiones. Preparaba las condiciones previas al vuelo, revisaba todos los instrumentos y lanzaba los pequeños globos pilotos para saber la dirección del viento. Finalmente terminó comprándole el globo a Eugenio Godard por 1250 pesos. Entonces quien volaría ahora sería el portugués Matías Pérez.
Dueño ya del globo de Godard, nombrado “Ville Paris” (Villa de París), el 12 de junio de 1856, Matías Pérez emprendió su primer vuelo. ¡Era un sueño hecho realidad! Despegó del Campo de Marte y tras algunas peripecias por dificultades técnicas resueltas en pleno vuelo aterrizó en la Quinta Palatino. Así fue el primer vuelo de Matías Pérez.
Hubo otros dos intentos, suspendidos por inclemencias del tiempo. Al fin, el domingo 28 de junio, realizó Matías su vuelo a la inmortalidad. A pocos minutos de elevarse, una ráfaga de viento le llevó rumbo al mar. Lo vieron alejarse, convertirse en un punto en lontananza y desaparecer. Dicen unos pescadores que lo vieron cruzar por el Torreón de la Chorrera, donde el río Almendares se une con el mar. Nadie más lo vio ni supo de él.
📷: Cubadebate