Bahía de La Habana en siglo XVII
Desde su fundación, en 1519, La Habana estuvo ligada a su bahía, la cual fue descubierta diez años antes, en 1509, por el navegante y explorador de origen hispano Sebastián de Ocampo, quien durante el bojeo a Cuba paró su viaje para carenar las naves, nombrando al lugar Puerto de Carenas.
Tras fundarse la Villa de San Cristóbal de La Habana y su puerto (1519) en la costa norte de la Isla, toda la vida económica, política y social empezó a desarrollarse junto a la bahía. En 1560 la isla de Cuba era punto estratégico para la distribución comercial de las Antillas y América Central, por lo cual España potenció La Habana.
A partir de 1561, la Flota de Indias que llevaba a la metrópoli española las riquezas de la América colonial, se empezó a concentrar en La Habana. Así la ciudad inició un vertiginoso desarrollo que fue incrementándose en toda la zona del litoral de la bahía. Con el progreso y las riquezas llegó también el interés de corsarios y piratas.
Foto: Bahía de La Habana en el siglo XVIII.
Es en esos tiempos que España decide fortificar La Habana. Empieza así la construcción de fortificaciones: el Castillo de la Punta (1590), el Castillo del Morro (1589-1630), el Castillo de la Real Fuerza y la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña (1763-1774) fabricadas estas después de que las tropas inglesas tomaron La Habana en 1762.
A este sistema defensivo hay que añadir la construcción de la Muralla de La Habana, que comenzó en 1674 y concluyó en 1797. La parte principal del puerto estaba en las zonas contiguas a la Plaza de Armas y a la Plaza de San Francisco, donde la profundidad de la bahía estaba entre 16 y 18 brazas y los buques podían atracar en el litoral.
Foto: Toma de La Habana por los ingleses.
Los muelles eran muy rústicos, de manera y horcones, con cobertizos de madera también, en las costas de la bahía, a lo largo del litoral. En esos tiempos los barcos se pegaban directamente a la orilla y con añadiduras o tablones hacían un puente a la costa para desembarcar o embarcar, tanto al personal como a la mercancía.
Paralelamente al creciente desarrollo de La Habana, designada “ciudad” en 1592, en la ribera opuesta de la bahía surgieron otros poblados como el de la Asunción de Guanabacoa, en 1554, y el Santuario de Nuestra Señora de Regla, en 1690, sitio que dio origen luego al poblado de Regla. La bahía de La Habana siempre estuvo, y está, ligada a la ciudad.