Laura: “Aquí es donde tengo que estar”

Creado: Mié, 10/07/2024 - 07:56
Créditos
Por: Claudia Rafaela Ortiz
Laura: “Aquí es donde tengo que estar”

A Laura Fernández Martín no le gusta el asombro de los demás sobre su profesión, o la euforia. Ella vuela aviones con la misma quietud y la concentración con las que se estudió los libros de Derecho, o con la que gestó y hoy educa a sus 2 bebés. "No es que haya sido fácil, pero se puede".

Nunca estuvo en sus planes ser piloto. Quería ser abogada. Por un embullo de esos que con 17 años te contagian se presentó al chequeo médico, muy riguroso, sin pensar que cumpliría con las aptitudes físicas. Solo cuatro estudiantes de los Camilitos aprobaron, y a 3 se les otorgó.

Mi papá era piloto de combate, en la base de San Antonio. Mi tío también fue piloto de combate, pero falleció en el 94 en un accidente de aviación, en La Coloma. Desde chiquita tuve que ver con el medio y con los aviones, pero nunca fue mi plan ser piloto..

Laura: “Aquí es donde tengo que estar”


Estuvo un año en el Instituto Técnico Militar (ITM). Allí recibió la preparación teórica y la técnica del avión que volaría. La fase de prácticas fue en Camagüey, otro año más. Entrenamientos muy fuertes. Desde 2008 vuela en la UEB Los Palacios, de la Empresa Nacional de Servicios Aéreos. Desde 2016 es capitán. Tiene 35 años, 15 de ellos volando.

Se pone seria. "Mi papá es muy exigente, los que lo conocen lo saben. Él sabe lo que significa volar un avión, tener la responsabilidad de llevarlo al aire, y de traerlo de nuevo a tierra, seguro. Me exige mucha disciplina. Mucha".

A pesar de lo mesurada, Laura tampoco repasa su vida para esta entrevista en total calma. Ella sabe lo que ha conseguido. Y cuando lo dice en voz alta, se emociona. En los 30 minutos de conversación hubo 2 momentos para secarse las lágrimas: cuando habló de sus hijos y de su profesión.

He estado desvinculada de los aviones en 2 ocasiones, por casi 2 años, porque tengo 2 niños. En el momento en que salgo embarazada me bajan de vuelo. Los 9 meses del embarazo y la licencia de maternidad. En las 2 ocasiones he dicho: no vuelo más. Hasta que voy a Los Palacios un día.

Laura toma aire un minuto para que se le entienda la voz, atorada. "Definitivamente aquí es donde tengo que estar. A mí me encanta lo que hago. El plan B, sigue siendo plan B, archivado".

Laura: “Aquí es donde tengo que estar”


Y por archivado se refiere al título en Derecho. Los fines de semana estudió su otro propósito, por curso para trabajadores. Su jefe de departamento la acompañó en el proceso. El sábado que tenía clases no le planificaba vuelo. El quinto año de la carrera Laura lo hizo embarazada, y el sexto y la prueba estatal, de licencia de maternidad.

Laura está frente a su avión An-2, con el rostro al sol. Hay mucha luz, que enseña mejor sus cambios de semblantes, el de una mujer severa con la responsabilidad que implica su trabajo, y el de otra que ríe hasta mostrar los hoyuelos y llora, porque hablar de lo que ama la deja sin aliento.

Es un trabajo riesgoso. Diferente. Exige preparación. Disciplina. Tú tienes que ir delante del avión, por decirlo de alguna manera, porque cuando te cobra, te cobra caro.

Su día comienza a las 4.20 de la madrugada, en su casa, Pinar del Río. 50 minutos de viaje por carretera la separan de Los Palacios. Una vez allí, pasa por la Torre, firma el operacional interno y recoge un papelito que le dice qué avión volará, a qué pista va y qué actividad va a realizar.

Laura: “Aquí es donde tengo que estar”


Si le toca agricultura debe cambiarse de ropa, overol y botas. Si no, uniforme. Desayuna, sale a la pista, y cumple con determinadas listas de chequeo. El exterior del avión, la cabina. Arranca, calienta, hace la prueba del motor, y si está listo para volar y la pista se activó, parte.

El vuelo agrícola lleva mucha concentración, porque es un vuelo que se hace a baja altura. En el vuelo de carga, tienes que estar muy pendiente del peso y de la ubicación de la carga en el avión, para que no se vaya de balance. Pero está bien. Nosotros nos preparamos para eso.

Con el ciclón Ian, Laura tuvo que evacuar los aviones de su UEB a Camagüey. Se fue pilotando uno y pasó allá el huracán. Lejos de sus 2 niños, de su esposo, de su mamá. Pero lo cuenta apacible, todos en su familia la sostienen y acompañan.

Laura es mamá, capitán de aeronave, licenciada en Derecho, hija y compañera. Una combinación inapelable, un cultivo constante de tres cosas: el azar, su red de apoyo y lo que se propone. Ella tiene de extraordinaria lo mismo que de compleja y hermosa la vida: todo. Y aunque no disfrute las posturas altisonantes sobre lo que hace, su historia no va sobre ser mujer y ser piloto, va también sobre ser ella y todo lo que es, además.

Laura: “Aquí es donde tengo que estar”

Fotos Naturaleza Secreta.

 

Créditos
Por: Claudia Rafaela Ortiz

Sobre el autor

Publicación con más de una década de experiencia en las noticias relacionadas con el mundo del motor. Con esta revista podrás enterarte de todo lo que quieras saber de autos, motos, camiones, barcos, aviones y demás.