Paul Arzens pronto alcanzó fama y renombre después de graduarse en la Escuela de Bellas Artes en Francia, pero los ferrocarriles y los autos lo seducían a tal punto que comenzó a investigar, diseñar y crear sus propios prototipos.
Sus trabajos para la SNCF (Société Nationale des Chemins de fer Français) fueron encomiables, baste mencionar los automotores panorámicos, las cabinas de conducción redondeadas con lunas y el Nez Cassé, el más famoso de sus diseños.
Esbozó aviones futuristas y automóviles de una peculiar rareza. Veamos algunos de ellos:
Su debut lo hizo en 1938 con La Baleine. Montó una carrocería de 7 m sobre un chasis de un Buick de 1928. La ligereza de su carrocería metálica y aerodinámica le permitía alcanzar 160 km/h. En 1941 exhibió un automóvil eléctrico con una carrocería aerodinámica de aluminio de 5 m sobre el chasis de un Fiat de 1924. Su motor eléctrico de 10 hp funcionaba con 24 baterías de 12V 250A.
En 1942 sorprendió con otro coche eléctrico “El Huevo” llamado así por su forma. Su chasis tenía una estructura tubular de aluminio y lo recubría una esfera de plexiglás transparente. Un biplaza, tres ruedas y cinco baterías que le permitía alcanzar entre 70 y 80 km/h. Más adelante sustituyó las baterías por un motor de gasolina Peugeot de 125 cc. Actualmente se exhibe en Mulhouse, el Museo Nacional del Automóvil.
Le Carrosse, también conocida como 3233-WO fue otro de sus diseños atrevidos desarrollado en 1951. Este minicoche también tenía una estructura tubular que lo hacía muy ligero y un curioso techo plegable de lona para disfrutar los días soleados. El biplaza contaba con cuatro ruedas a diferencia de su antecesor y un motor de 125 cc.
Arzenz fue un visionario y sus prototipos no pasaron de ser diseños futuristas.