Ahora que los autos eléctricos son una novedad vale la pena recordar que “el primer automóvil de la Historia era eléctrico”. ¿Por qué fue olvidado? ¿Cuál fue la causa de su desaparición? ¿Qué lo hace ahora revivir? ¿Quiere saber?
En fecha tan temprana como 1832, el empresario escocés Robert Anderson se dio a la tarea de construir un vehículo eléctrico, el cual hizo realidad en 1839. Se trataba de un carruaje de la época, propulsado por un motor eléctrico que alimentaba una pila de energía, no recargable. Alcazaba 6 km/h, pero su movilidad era efímera y no resultó útil.
Las mejoras de diseño en los acumuladores hechas por los franceses Gastón Plante (1865) y Camille Faure (1881), impulsaron los empeños del auto eléctrico en Francia y Gran Bretaña. Así las cosas, en la década 1980 arrancan tímidamente una producción en serie de los Vehículos Eléctricos a Batería (VEB) y, paralelamente, empiezan a hacerse populares en las grandes ciudades.
En esa propia década, van a suceder dos hechos que comenzarán a cambiar el curso de la Historia de la propulsión del automóvil. En Stuttgart, Alemania, Gottlieb Daimler y William Maybach, construyen un motor de combustión interna pequeño y capaz de mover vehículos. Así logran hacer la primera motocicleta en 1885. Y en otra ciudad alemana, Mannheim, Karl Benz patenta un triciclo impulsado por motor de combustión, considerado el primer vehículo automotor de la Historia, en 1886.
No obstante, continúa el auge del automóvil eléctrico. Para el inicio del siglo XX, los autos eléctricos ya eran populares. En el año 1900, el 30 % de vehículos rodantes en los EE. UU., eran de propulsión eléctrica. La tracción animal era “sucia” y los motores de combustión “ruidosos y pestilentes”.
Al concluir la primera década del siglo XX, el auto eléctrico alcanzó su punto máximo y, a la par, cada vez más se extendía más el servicio eléctrico para los hogares. The New York Times publicó: “ahora es posible tener tu propio vehículo eléctrico instalando una estación de carga en tu propio establo”. El 90 % de los coches que se venden son eléctricos.
Pero el auto eléctrico tenía su punto flaco: la autonomía. Solo era útil en la ciudad porque para viajar a poblaciones lejanas, no servía. Así empezó a ser interesante el automóvil de gasolina, cuya autonomía era ilimitada. Dicen que la I Guerra Mundial (1914-1918) condenó al auto eléctrico. El vehículo con el motor de combustión fue sustituyendo a la caballería y les dio movilidad a las tropas.
El resto se conoce, el mundo se lleno de automóviles de combustión. Luego la contaminación ambiental y ahora, de vuelta al vehículo eléctrico. Pero éstos de ahora no se parecen a aquellos primeros.
