Hélène Dutrieu, la Flecha Humana, también conocida como la Joven Halcón por sus destrezas como ciclista y como piloto fue una mujer apasionada, atrevida, amante de los retos, los riesgos, la velocidad y las alturas.
Con apenas 18 años comienzan los éxitos de esta joven belga como ciclista profesional, gana en 1895 un Récord Mundial en el recorrido de 1 hora, en 1897 sube al podio en el Campeonato Mundial de velocidad celebrado en Bélgica y el 98 asoma con nuevas victorias. Gana nuevamente el campeonato, se colma de gloria en el Grand Prix de Europa y en la Carrera de los 12 días en Londres.
En 1908 tiene un nuevo desafío, le proponen probar un aeroplano monoplaza y no titubea. Aprende rápido y no se amilana ante los reveses. En dos años obtiene su licencia como piloto y comienza a surcar los cielos con un pasajero. Participa en show en el aire y su despliegue le valida su segundo sobrenombre “Joven Halcón”, gana la Copa Femenina en diciembre de 1910 por realizar un vuelo de 167 km en 2h y 35 min. En 1911 conquista la Copa del Rey en Italia en una épica batalla contra 14 pilotos y en 1912 otro premio por pilotar un hidroavión.
Recibió la Cruz de San Andrés otorgada por Leopoldo II de Bélgica por sus éxitos como ciclista y la Legión de Honor en Francia. Hélène fue una mujer afortunada que se impuso y dejó su huella en una época donde los hombres tenían el protagonismo.