Respetada mundialmente por la calidad de sus producciones, la Firma experimenta en estos momentos un serio cuestionamiento sobre algo muy propio que no puede eludir: uno de sus más avanzados motores.
Cuando Toyota decidió la construcción del nuevo motor V6 bi-turbo de 3.5 litros para ser instalado en dos vehículos: el SUV de lujo Lexus LX y el Pick up Tundra, estaba dotando a éstos de una planta motriz con mayores prestaciones que modelos anteriores; más rendimiento, más economía, algo que auguraba el complemento adecuado a estas Marcas; pudiéramos decir de lujo, para cada una de éstas. La última generación del Toyota Tundra y la Lexus LX mejoró con respecto a los modelos anteriores en gran manera: el antiguo V8 devorador de gasolina de 5.7 litros fue eliminado en favor de un nuevo V6 biturbo de 3.5 litros. Capaz de brindar hasta 409 caballos de fuerza; más potencia y mejor rendimiento de gasolina que el V8 al que reemplazó.
Sin embargo, aproximadamente al año del debut del nuevo motor, algunos propietarios comenzaron a informar problemas. Todos tenían una cosa en común: falla del motor. Aquí no se hablaba de un problema periférico; era del motor, pieza clave fabricada por la propia Toyota, que llegó a la conclusión de que allí realmente estaba el origen del problema. ¿Que había sucedido?.
En la construcción de un motor, se realizan horadaciones en el bloque original para los espacios de pistones, sistemas de lubricación y enfriamiento y otros posibles conductos necesarios para su funcionamiento. En la formación de estas cavidades se crean residuos que deben ser eliminados por medios hidroneumáticos, a fin de alcanzar superficies interiores totalmente libres de estas partículas; que pueden variar en tamaño y calibre pero son incompatibles con un normal funcionamiento del motor. A este proceso de limpieza se le conoce como ¨Lavado del Motor¨. En vehículos afectados, esto puede causar “golpes potenciales del motor, funcionamiento brusco del motor, falta de arranque del motor y/o pérdida de potencia motriz”
En el caso del nuevo bi-turbo, hubo fallas en el procedimiento descrito, lo cual obliga a la sustitución de la unidad en todos los vehículos donde fueron instalados a partir de Noviembre 2021 hasta Febrero 2023. En ellos, el fabricante admite que ¨pueden causar fallos graves como detonaciones, mal funcionamiento, imposibilidad de arranque y/o pérdida de potencia en el motor¨. El cambio del motor involucraría a 98.600 Tundras y 3.500 Lexus LX.
Aunque casos de recogida de vehículos por desperfectos observados en su funcionamiento, atribuibles a fallas de origen, no son desconocidos, existen Marcas que se han distinguido por su calidad y detalles de terminación; Toyota es una de ellas. El caso aquí expuesto, no solo constituye un desembolso económico de envergadura para el fabricante; tal vez sea mayor el daño a la credibilidad de sus Clientes, acostumbrados a la perfección.
Como se expresaba en el estribillo de aquel ícono de la música popular, ¨Pedro Navaja¨, ¨La vida te da sorpresas,,,,sorpresas te dá la vida…¨
Puede suceder también en el mundo Automotriz.
