En el pelotón de motocicletas inglesas, Matchless rodaba entre los punteros. Hoy, con 65 años en sus metales, la Matchless de Raúl rueda en Cienfuegos.
En medio del tronar de las motocicletas japonesas de última generación en el Club ‘Moto 100’ de Cienfuegos, el característoico sonido de las clasicas de 2 y 4 tiempos apenas se podía escuchar, sin embargo, sonaban. Y de las antiguas, esa mañana, llamó mi atención dos inglesas: una AJS y otra Matchless, esta última conducida por un joven ataviado al efecto.
El cienfueguero Raúl de Paula es el dueño de la Matchless de 1954, una de esas joyas de la ingeniería británica de las dos ruedas que todavía, 53 años después que desapareció la marca (1966), transita orgullosa por la ciudad de Cienfiegos. Y es que Raúl pertenece a una famila de fans a las motos inglesas, su suegro es el motociclista que llevaba la AJS.
Esta familia a bordo de motos inglesas y vestidos como motoristas de pura cepa, participaron en uno de los homenajes que los clubes de autos y motos de Cienfuegos, hicieron a su ciudad por los 200 años de fundada. Raúl es artista plástico, y su suegro, César Parrado, dirige el restaurante de la famila, en el Prado local: Las Mamparas, donde, sin conocerlos aún, cenamos.
De una moto inglesa se enamoró Raúl cuando conoció a su suegro, propietario de la AJS. Y ambos se dieron a la tarea de conseguirla. Fue en la ciudad de Cárdenas (Matanzas), donde encontraron la Matchless. Allá se fueron en la AJS de 1956 de César, y aunque el dueño, de 78 años, ya apenas la usaba, no la quería vender. Pero César lo convenció.
El cambio de la primera moto de Raúl: una Simpson 250 cc alemana (RDA) por la Matchlees británica, fue algo así como “de la noche al día”. Y para toda la familia, una alegría. Los vi desfilar ordenadamente, en fila india, alrededor del parque Martí y a través del Malecón. Los autos sonaban claxons y bocinas, las motos hacían tronar sus motores.
Matchless fue un fabricante británico de motos, se fundó en 1899 por Harry Herbert Collier para construir bicicletas. La palabra Matchless significa inigualable o incomparable y se aplicó a los primeros vehículos de 2 ruedas construidos en Herbert Road, Londres. En 1902 construyó la primera moto con motor De Dion (2,75 CV).
Junto a Collier laboraban sus dos hijos: Harry y Charlie. En 1905 hicieron una nueva moto con mejor carrocería y motor JAP. Los Collier se interesaron por los deportes a motor y Harry logró clasificar para representar a Inglaterra en la carrera International Cup Race, de Francia. No ganó, pero impresionó. Fue en 1906 que Charlie Collier ganó la primera carrera con una Matchless.
Y el primer Tourist Trophy (TT) de la Isla de Man (1907), la carrera de motos más famosa del mundo (aún se celebra) la ganó Charlie Collier con Matchless (motor JAP de válvulas en cabeza, carburador B&B y consumo de 3,3 litros x 100 km), a una velocidad promedio de 61,2 km/h. Harry ganó el TT de 1909 a 78,4 km/h y Charlie el de 1910, a 81 km/h. Así nació Matchless.
La familia italiana Melenotti, que lleva buen tiempo en el mudo de las motos, compró Matchless con la idea de “fabricar una pequeña serie de motocicletas tipo clásicas” inspiradas en los modelos G80, Silver Hawk y Silver Arrow. Y para apoyar el retorno de la marca, planean además lanzar una amplia gama de prendas de vestir y accesorios ¿Volverán las Matchless?
Fotos: Rebeca Valdés
