Para quienes no lo conocieron, Delahaye logró el hito -imposible no mencionarlo- de construir el primer automóvil equipado con un encendido eléctrico.
Delahaye fue un fabricante de autos de lujo y deportivos francés, fundado en 1935 y extinto en 1954. Surgió sobre una empresa de maquinarias existente desde 1845.
Produjo autos muy interesantes, con un tope en la etapa de post guerra. Allí produjo el Type 135 –nuestra próxima entrega- y este exótico y raro espécimen: el Type 175 S Roadster 1949.
Se llegaron a producir apenas 51 unidades de este vehículo, un súper auto para su época, máxime en un momento donde Europa aún estaba devastada por la Segunda Guerra Mundial.
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Es un roadster de dos asientos y un estilo impactante, carrozado por Saoutchik, que mezclaba lo más avanzado de las curvas de los treinta con elementos del barroco. Además, destacaban los cromados en su carrocería y unos pasos de rueda abultados en extremo y las ruedas completamente carenadas. Era un intento de solución a las turbulencias de las ruedas al girar, aunque realmente era más una solución estética que otra cosa.
Otros elementos que resaltan la belleza de este auto son los cintillos que remarcan las curvas y brindan una sensación de velocidad, de fluidez y disimulan las manillas de las puertas. Mención aparte para el frente –un clásico del espíritu de la época- de cuya belleza es imposible escapar.
Luego de tanto ejercicio excelso queda hablar de la mecánica. En este apartado este Delahaye también escapa de lo ordinario. Fue construido sobre el primer chasis de post guerra diseñado por la compañía y tenía una avanzada suspensión trasera DeDion, una delantera Dubbonet y con frenos Lockhead.
El carácter lo aportaba un motor de seis cilindros en línea y 4,5 L de desplazamiento, capaz de producir unos 160 CV de potencia. Esto se debía, en buena medida, a un sistema de alimentación liderado por el montaje de ¡tres carburadores! que abastecían sin consideraciones al motor. Además, estaba equipado con generosidad para la época, incorporando radio y calefacción.
Su soberbia clase quedó establecida al ganar varios concursos ese año de 1949, como el Grand Castle du Bois de Boulogne en Paris, el Monte Carlo Concours and Coup de l’Automobile en San Remo. Hoy es invaluable.