Plymouth presentó en 1961 una línea singular que desconcertó al público cuando salió al mercado y que aún parece salida de un libro de ciencia ficción.
Para quienes no la conocieron diremos que Plymouth fue una marca dentro de Chrysler Corp, en los gloriosos tiempos en que existía aquel tridente llamado “Los Tres Grandes”.
Era la más modesta y, sin embargo, sus autos ofrecían a menudo el mismo espacio y tamaño general que los más lujosos modelos de la época. Tal es el caso de los modelos para 1961, representantes de una época de excesos en el diseño automotriz norteamericano.
En 1949 Chrysler contrata al brillante diseñador Virgil Exner, referencia obligada en la evolución e historia del diseño automotriz norteamericano en el S20, quien sería un revulsivo dentro de la imagen y filosofía de la compañía.
Ya en 1955 presenta los modelos “Forward Look”, que rompen con los esquemas del periodo anterior y cuyo efecto en las ventas es inmediato. Sin embargo, la verdadera revolución llega en 1957, con la segunda generación del “Forward Look’ y su línea extremadamente baja, grandes vidrios y sus enormes aletas de cola. El impacto fue brutal.
Pero el final de los cincuenta fue para los autos compactos y Plymouth sufrió las consecuencias. Lograr en 1961 algo diferente era un reto, pues se debían conservar muchas partes del modelo 1960, para contener los costos.
Por eso, el diseño fue crucial para lograr el resultado. Así, el Plymouth 61 tiene nuevos guardabarros delanteros y traseros, cóncavos. Luego, las luces traseras tienen forma de cohete, muy en la onda de la Space Age.
Lo polémico fue el frente, cuyos faros delanteros dobles tenían una especie de grandes cejas cromadas y la parrilla de aluminio estaba inclinada hacia adentro.
El Plymouth 1961, aún era un auto de gran tamaño y en algunas versiones rebasaba los 5,32 metros de largo. En general, todas muy equipadas y con una mecánica muy competitiva, la cual iniciaba en el motor de base, de 6 cilindros en línea inclinado ‘Slant Six’, de 225 pulgadas cubicas y 3,7 litros de 145 caballos. Luego, había varias opciones hasta llegar al raro V8 ‘Sonoramic Commando’ de 383 pulgadas cubicas (6.3 litros) y 330 CV.
En la transmisión era estándar una manual, de 3 velocidades, accionada desde una palanca ubicada en la columna de dirección o en opción las cajas automáticas de 2 velocidades ‘PowerFlite’ o de 3 velocidades ‘TorqueFlite’. Serían los últimos ejemplares de la era mastodóntica en Chrysler.
